Los niños y jóvenes deben ser conscientes de que sus actuaciones y decisiones tienen consecuencias.
Uno de los objetivos de la educación de nuestros hijos es conseguir que lleguen a ser personas maduras y responsables, que no se comporten de una forma caprichosa y arbitraria y que sepan moverse en la sociedad por ellos mismos. Nosotros debemos ayudarles a que tomen sus propias decisiones. Veamos qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos a madurar.
CÓMO AYUDARLOS
Cuando los niños empiezan a crecer, poco a poco tendrán que ir tomando sus propias decisiones, una actitud abierta y positiva de los padres ante este hecho es fundamental para dar a los niños seguridad, fortalecer su autoestima y conseguir que los hijos vayan madurando como personas.
Cuando sobreprotegemos a un hijo, estaremos enviándole la señal de que tenemos poca confianza en él. El niño empezará a asumir que es incapaz de hacer las cosas por sí mismo y le estaremos creando una sensación de inseguridad y dependencia.
La actitud más acertada es permitir que nuestro hijo vaya tomando decisiones, siempre debemos aconsejarles y supervisar sus decisiones para que cometan los menos errores que puedan lamentar, no obstante cuando no esté relacionado con algo realmente importante, debemos permitirles que se equivoquen, ya que son lecciones que les servirán de experiencia.
Ante este proceso de maduración de nuestros hijos, debemos ser muy positivos, valorando su voluntad y esfuerzo, felicitarlos por sus logros y, en el caso de que pensemos que están cometiendo un error, nunca debemos hacer criticas personales, la crítica no es mala en sí misma, pude ser francamente útil en su aprendizaje, esta crítica debe ser siempre constructiva, dirigida a mejorar el desarrollo como persona de nuestros hijos y nunca debemos basarla en reproches ni descalificaciones.
También es muy recomendable que poco a poco los hijos vayan asumiendo cierto grado de aportaciones en sus decisiones y en las de la familia, como a donde ir en familia las próximas vacaciones, qué hacer el fin de semana etc.
Conversar con ellos de diversos temas y pedirles su opinión aunque el tema no les guste ni les atañe directamente, también les hará sentirse valorados.
Le hará reafirmar su personalidad y autoestima. Cuando los jóvenes tengan que tomar decisiones con respecto a su futuro, como la elección de su orientación académica, debemos tomar en cuenta que ellos tienen siempre la última palabra, ya que se trata de su propio futuro, nosotros debemos orientarles y ayudarles a buscar toda la información que necesiten para que la elección esté lo más fundamentada posible.
No obstante, los padres siempre deben tener en cuenta que su vocación no tiene por qué coincidir con la de su hijo y que presionar para que los hijos escojan determinada carrera o vocación, crea incomodidad y falta de realización en el joven y suele tener resultados negativos.
Responsabilidad
Desde que nuestros hijos son pequeños, nosotros podemos ayudarles a que establezcan ciertos hábitos, en todos los aspectos de su vida, como planificar con ellos horarios de estudio e intentando que se desarrolle en un ambiente adecuado, también es recomendable que les animemos a que analicen sus actitudes y a que sean críticos con ellos mismos cuando no cumplen sus expectativas, de esta manera estaremos generando en ellos un deseo de superación.
También debemos enseñarles a ser reflexivos y a que analicen los pros y los contras de tomar cualquier decisión, por intrascendente que ésta sea.
Los niños y jóvenes deben ser conscientes de que sus actuaciones y decisiones tienen consecuencias y que son ellos y no los padres o cualquier otra persona los que tienen que asumir esas consecuencias.
Por ejemplo, si su hijo desea una mascota, deberíamos pedir que reflexione sobre las ventajas e inconvenientes de tener tan grande responsabilidad, si continúa con el deseo y accedemos a comprarlo, sería muy conveniente que sea el propio niño el que se responsabilice de su cuidado y limpieza.
Maduración oportuna
Para que los hijos maduren de una forma adecuada, necesitan un proceso con el que poco a poco irán asumiendo más autonomía y responsabilidad e irán adquiriendo experiencia en la vida.
Hay circunstancias de la vida, como puede ser la ausencia de los padres, bien por cuestiones de trabajo, por fallecimiento o separación, que exigen a niños y jóvenes tomar roles y responsabilidades que no corresponden con su edad, esto es inevitable en muchas ocasiones, no es lo más aconsejable.
Lo ideal es que la maduración de los niños se haga de una manera natural. Tenemos que pensar que no todos los hijos son iguales, algunos son más maduros y otros más infantiles, a algunos les podremos dar más pronto un mayor grado de autonomía y responsabilidad que a otros. Lo que si debemos tomar en cuenta es que estos conceptos deben ir relacionados, cuanto más libertad y autonomía les demos a nuestros hijos más les debemos exigir.
Si consideras que tus hijos son inmaduros y temen hacerse responsables, es importante que busques ayuda psicológica, hay que formar hijos maduros, para evitar que sus vidas sean más complicadas y puedan hacerle frente a lo que se les presente.
Estimado lector si desea que la Dra. en Psic. Laura Álvarez Alvarado toque algún tema en especial o consultarla favor de comunicarse a los:
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Les envío un cordial saludo y les reitero mi cariño, agradezco la cantidad de llamadas, felicitaciones y los temas que me solicitan que son de interés para usted a lo largo de los años que llevo escribiendo para este H. Periódico.