Buscan ecologistas acabar con fallo que acelera su construcción.
Staff Reforma
WASHINGTON.- Donald Trump se anotó ayer un tanto para su muro fronterizo. La Suprema Corte de Estados Unidos rechazó estudiar una demanda de grupos ecologistas que pedían el bloqueo de la construcción del muro con México porque consideran que el Presidente no tiene autoridad para suspender leyes medioambientales que aceleren la obra.
El alto tribunal, de mayoría conservadora, optó así por dejar en vigor el fallo emitido el pasado marzo por el juez de California Gonzalo Curiel, a quien Trump criticó por sus orígenes mexicanos durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2016.
Ese veredicto permitía al Mandatario hacer uso de una ley de 2006, firmada por el entonces Presidente George W. Bush, para suspender una serie de normas ambientales y apresurar la construcción del muro. Los grupos ecologistas y el estado de California, que también participó en el litigio, consideran que esta regulación no es válida porque fue aprobada por el Congreso hace más de una década.
La demanda se remonta a la orden ejecutiva que firmó Trump poco después de llegar al poder, en enero de 2017, y en la que ordenaba al Departamento de Seguridad Nacional construir el muro.
En agosto, se emitió una serie de directivas para suspender la aplicación de las leyes medioambientales y construir 22 kilómetros y medio de valla cerca de San Diego, en California, y otros 96 kilómetros y medio en las inmediaciones del valle del Río Bravo, en Texas.
El Centro para la Diversidad Biológica, una de las organizaciones demandantes, identificó en un estudio 90 especies amenazadas o en peligro de extinción que podrían desaparecer si finalmente se lleva a cabo la construcción del muro en los 3 mil 180 kilómetros de frontera que separan a este país de México.
Trump amenazó hace dos semanas con un cierre de Administración si no se consiguen los fondos para llevar a cabo su proyecto en la frontera con México. “Éste sería un muy buen momento. Estamos hablando sobre el muro de la frontera, estamos hablando de una gran suma de dinero, unos 5 mil millones de dólares”, dijo.
La iniciativa fue el eje central de la campaña del republicano, quien basó sus discursos en un ataque contra los indocumentados y en la protección de la frontera.
Antes de las elecciones legislativas del pasado noviembre, Trump retomó su retórica antimigrante ante la llegada de la caravana de centroamericanos que buscaban pedir asilo en Estados Unidos y ordenó el despliegue de 5 mil 800 soldados y la instalación de 20 kilómetros de alambres de púas en áreas limítrofes como San Ysidro, en California.
En ese punto de la frontera, los agentes migratorios emplearon, el domingo 25 de noviembre, gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de inmigrantes, entre los que había mujeres y niños.