Resulta insuficiente transporte por pipas y rebasa tiempo de entregas vs. ductos.
Karla Omaña/ Reforma
La nueva estrategia de Gobierno para la distribución de combustibles en el País está fallando principalmente por dos razones: no hay suficientes pipas para transportar el volumen demandado y el tiempo de entrega es superior al que tiene la distribución por ducto, aseguraron expertos.
En el País se tienen que transportar 763 mil barriles de gasolina diarios, de los cuales 177 mil son producción interna y 585 mil son importados, según el Sistema de Información Energética (SIE).
Esto equivale a 121 millones de litros (cada barril es de 159 litros). Como cada pipa transporta en promedio 15 mil litros, se requieren 8 mil 91 pipas para distribución.
Respecto al diesel, se tienen que distribuir 339 mil barriles que equivalen 54 millones de litros, para lo cual se requieren 3 mil 600 pipas diarias. Si se suman ambos combustibles, se necesitarían 11 mil 691 pipas diarias, suponiendo que cada pipa hace su recorrido y no regresa por otro. Aun cuando se optimice el tiempo de 30 por ciento de estas pipas para hacer más de un recorrido, se necesitan por lo menos 8 mil diarias.
De acuerdo con declaraciones de Rocío Nahle, Secretaría de Energía, en el País hay únicamente 5 mil pipas, de las cuales mil 600 son de Pemex y 3 mil 400 de particulares. Gonzalo Monroy, experto en sector energético, dijo que además de la insuficiencia de pipas, este tipo de transporte tiene otras limitaciones físicas, por lo que siempre es preferible el uso de ductos. En ese sentido, esta estrategia tiene una limitación en la logística e infraestructura.
“Donde tenemos los niveles críticos es especialmente en la logística y en el abastecimiento. “Una pipa tiene cierto nivel físico de alcance; no importa el número de pipas que utilices, simplemente va a ver lugares donde no se podrá llegar y se va a tener que regresar a la estrategia de los ductos”, aseguró.
Existen además problemas estructurales que ponen en riesgo la estrategia del Gobierno contra el robo de combustible. Entre ellos, está la baja en la producción de crudo que ha tenido Pemex en los últimos años, lo que ha impedido mayor refinación.
Además, según Monroy, México únicamente cuenta con un máximo de tres días de almacenamiento para abastecer de combustible a todo el País; comparado con Estados Unidos donde su capacidad de almacenamiento es hasta de 22 días, teniendo únicamente la participación de privados.
Agregó que en la Ciudad de México, el problema se agudizó más debido a que Pemex sacó de operación una de las entradas del combustible que proviene por importación, el ducto TuxpanMéxico, donde proviene el 80 por ciento del producto.
“El problema aquí es que Pemex es el único que cuenta con estas líneas de suministro, por lo que si llega a fallar algo en ese ducto no hay un plan alterno, y la situación podría empeorar”, afirmó Monroy