Nido de víboras

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PARA aquellos que no saben lo que significa huachicol, ahí les va lo que cuenta la leyenda urbana:

 

 

POR: ALBERTO CHUC

ALLÁ en el palacio municipal de Solidaridad están que no les calienta ni este sol invernal que comienza a asomarse en el Caribe mexicano, nada más porque al Director de Ingresos, Jorge Manuel Gutiérrez Sánchez, se le chispoteó pagar sueldos y bonos dobles a los policías.

NADIE sabe exactamente si fue una perversidad, una distracción, un error o total desconocimiento de uso del sistema para transferir los pagos de nómina y se especula que accionaron dos veces la tecla de pago, versión predominante.

OBVIO, los más felices son los policías porque recibieron dinero que no esperaban y que tampoco piensan regresar aunque les suplique de rodillas el director de ingresos, los amenacen o los torturen; “lo caido, caido”, dicen.

LOS ERRORES en la vida se pagan y la presidenta municipal Laura Beristain no sabe qué hacer: ¿Despedirlo? ¿Amonestarlo? ¿Dejarlo? A estas alturas, es mejor mantenerlos en el cargo para que pague su error porque despedirlo sería liberarlo de la responsabilidad.

NO ES la única bronca que trae encima la alcaldesa morenista, agobiada por la inseguridad que se ha desatado últimamente en Playa del Carmen: ahora su tesorero Fernando Vargas Aguilar está metido en brete jurídico al ostentar el cargo de forma ilegal, ya que no cumple con los cinco años de residencia que marca la ley.

ANTES de ser nombrado tesorero, el empresario Fernando Vargas atendía personalmente su restaurante el Crab House de la zona hotelera de Cancún y sus amigos cercanos dicen que ni siquiera ha cambiado su credencial de elector y sigue viviendo en el municipio de Benito Juárez.

DE CONFIRMARSE esta ilegalidad, Beristain estaría en una disyuntiva: ser consecuente con las acciones de combate a la corrupción que ha emprendido el presidente Andrés Manuel López Obrador en el país o simplemente simular el cambio.

PARA aquellos que no saben lo que significa huachicol, ahí les va lo que cuenta la leyenda urbana: es una palabra compuesta por “Huachinango” (municipio del estado de Puebla) y la legumbre llamada “col”.

RESULTA que por la altura en que se ubica geográficamente este municipio, desde hace más de 50 años, opera un sistema central de bombeo de combustible para su distribución a nivel nacional a través de diferentes ductos del país.

ESTA situación fue propicia para que los habitantes de Huachinango, dedicados a cultivar col, comenzaran a perforar ductos que pasaban justo abajo de las sembradíos de la leguminosa lo cual sirvió para encubrir los chupones de extracción de combustible.

A PARTIR de ahí, los propios habitantes incluyeron en su lenguaje local la frase “vamos al huachicol” como la clave para iniciar el robo de gasolina a través de los ductos. QUÉ coleros nos salieron estos de Huachinango.