Los cruces entre avenidas importantes, como la José López Portillo y Tulum, en Cancún, son aprovechados por personas en situación vulnerable para pedir dinero a los automovilistas.
POR: HERLINDO VÁZQUEZ
CHETUMAL, Q. ROO.- La mendicidad se ha convertido en un negocio floreciente en las principales ciudades del estado, como Cancún, Playa del Carmen y Chetumal, donde cada vez es más común observar en cruceros transitados a grupos de personas que piden dinero a los automovilistas.
Sin embargo, lo que en algunos casos podría ser un caso de necesidad, también ha derivado en fuente de delincuencia en la que incluso se perciben cotos de poder en ciertos espacios, muy disputados por la alta afluencia de vehículos que presentan.
De tal forma, si hasta hace algunos años las personas que eran vistas en cruces transitados solían ser adultos y mujeres, ahora proliferan niños y jóvenes que aprovechan la luz roja en los semáforos para hacer acrobacias o vender productos entre los conductores.
El problema, es que muchas de esas personas pueden estar siendo objeto de explotación por parte de toda una mafia que se aprovecha de la necesidad de la gente.
Al respecto, la diputada priista Leslie Hendricks Rubio dijo que la mendicidad no sólo es una violación al Bando de Policía y Buen Gobierno sino también un factor que aumenta la inseguridad.
Matizó que algunas veces quienes sobreviven de estas actividades lo hacen de manera honrada, pero hay otros que en ocasiones han aprovechado su condición para delinquir, pues hay conocimiento de personas en esta situación que han tratado de asaltar a conductores en algunos cruces, incluso durante el día.
“Hay gente que no está pasando una mala situación económica y sólo ven en esto (la mendicidad) una oportunidad para obtener dinero fácil”.
La legisladora señaló que la autoridad tiene la intención de apoyar a grupos vulnerables, los más proclives a recurrir a este tipo de actividad, lo cual se hace por diversos cauces, “hay organizaciones que se dedican a apoyar a niños y adultos, esa es la mejor forma de ayudarlos, pero es lamentable que en algunos casos nos estén mintiendo”.
Hendricks Rubio reconoció que las personas que piden dinero en las calles son un reflejo de la complicada situación económica de Quintana Roo, donde la mendicidad se convierte en una alternativa “de negocio”, no siempre de subsistencia.
Por tanto, la legisladora señaló que la autoridad debe estar vigilante y actuar cuando se detecten casos en los que haya explotación laboral de menores y hasta de adultos mayores.
Al respecto, cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) apuntan la existencia de aproximadamente 22 mil personas que trabajan en calles de las principales ciudades del estado, de las cuales una cuarta parte serían menores de edad.