Entre 2005 y 2018 se crearon 8.5 millones de empleos, pero no rebasaron los 2 salarios mínimos de pago.
POR: VERÓNICA GASCÓN / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- En el país cada vez se genera más empleo, pero mal pagado.
El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), advirtió con cifras del Inegi, que de 2005 a 2018 se perdieron 2.3 millones de puestos de trabajo con ingresos superiores a 5 salarios mínimos, lo cual consideró que es muestra de las políticas fallidas de empleo aplicadas en los últimos sexenios.
En el periodo de análisis, añadió, se perdieron además 1.3 millones de plazas con un rango salarial de entre 3 y 5 salarios mínimos.
En contraste, destacó durante ese lapso se crearon 8.5 millones de puestos laborales que pagaron hasta 2 salarios mínimos.
“La precarización del mercado laboral constituye uno de los problemas estructurales más graves que el Gobierno de México deberá enfrentar: el crecimiento de 2 por ciento inhibe la generación de empleo, y durante 2019 la desaceleración del PIB restringirá aún más la creación de nuevos puestos de trabajo”, consideró el IDIC.
Señaló que durante los últimos tres sexenios se ha intentado solucionar el problema de la precarización del mercado laboral pero las políticas implementadas carecen de eficacia y han tenido un costo social muy elevado.
“La mitad de los desempleados tiene un grado de educación de media o media superior. Las personas con más estudios tienen más problemas para encontrar un trabajo porque no se reclama en la economía”, explicó.
Un ejemplo fallido fue el programa del Primer Empleo, implementado en el sexenio de Felipe Calderón. Su meta era crear 2 millones de fuentes de trabajo que, en principio, beneficiarían a jóvenes que no tenían experiencia laboral, con y sin estudios.
El esquema básico era subsidiar a las empresas en el pago de las cuotas al IMSS durante un año si contrataban a éstos jóvenes, pero las personas ocupadas creció en 8.9 millones, lejos de la meta.
En el sexenio pasado se realizaron múltiples cambios legales, pero la competitividad y productividad del país continuaron a la baja.