@elmerando / elmerancona@hotmail.com
Elmer Ancona
Por qué año con año se quita la vida un mayor número de personas. Siempre nos preguntamos eso y pocas veces damos respuesta a esta interrogante. El caso es que, lo que sucede en México y otras partes del mundo, debería ser mucho más preocupante para todos.
Con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio se publicaron escandalosas estadísticas que sería motivo de alerta roja, al menos para las sociedades más afectadas.
En un acto de honestidad, se podría admitir que a la gente cada vez sorprende menos ver en los medios de comunicación o en las redes sociales información de esta naturaleza. Ya son estampas “normalizadas”.
¿Nos estamos deshumanizando? ¿Será que en lo cotidiano nos estamos volviendo más insensibles? ¿Acaso seguimos creyendo que lo que le sucede al prójimo difícilmente se replicará en lo personal o en algunos de nuestros seres queridos?
De lo que sí tenemos certeza es que, cada año, se quitan la vida más de 800 mil personas por diversas razones; casi todas coinciden en sus métodos, aunque las circunstancias varían de nación en nación.
El 75 por ciento de los suicidios se produce en países de medianos y bajos ingresos y se registra más de una muerte cada 40 segundos. La mortalidad por suicidio es superior a la mortalidad total causada por las guerras y homicidios.
Las razones más importantes que llevan a la gente a autodestruirse son su condición de pobreza, el desempleo, el frío y el temperamento personal. Hay instituciones que agregan el consumo de drogas y el alcohol.
En el caso de los jóvenes las razones se presentan más nítidas: los padres no están entendiendo el sentimiento de “frustración” de los hijos ante un “me quitó el teléfono”, “no pude usar un video juego por castigo” o “me dejó el novio y no soporto su lejanía”. Ante esto, deciden quitarse la vida.
Como datos relevantes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tenemos que el suicidio es la segunda causa de defunción entre las personas de 15 a 29 años de edad. juventud desperdiciada.
Un urgente llamado
Da la sensación que ni gobiernos, ni sectores sociales, ni las familias y ni los ciudadanos en general estamos trabajando de manera consciente y puntual para salvar la vida de aquellas personas que claman por ayuda.
Estoy seguro que muchos de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, de nuestros adultos y adultos mayores están pidiendo ayuda a gritos sin ser escuchados.
Lo hacen de diferentes formas y quizá no los sabemos comprender o interpretar, pero lo están haciendo; no dudo que mucha gente, incluso, lo tome como una broma de mal gusto, sobre todo tratándose de menores de edad.
Las autoridades de salud están haciendo lo suyo, de eso no me cabe la menor duda, pero su labor y esfuerzos son insuficientes. Necesitan de nuestro apoyo y de nuestros recursos.
Sería recomendable y quizá hasta novedoso, formar brigadas vecinales, dar parte de tiempo y conocimientos para aliviar las penas o el dolor de quienes viven cerca de nosotros.
Detectemos y demos la voz de alerta; sentémonos a platicar con ellos para ver si sufren por asuntos de desempleo, de economía precaria, de depresión, de tristeza profunda por la pérdida de alguien.
Esa sería una buena forma de contribuir a que menos gente se quite la vida. Esa es una excelente manera de demostrar lo que sentimos por el ser humano, por la humanidad.
Estadística: Caso México
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2017 se registró un total de 6 mil 559 suicidios, es decir, 18 personas por día en promedio.
Por cada cien mil habitantes, los estados con la tasa de suicidios más altas son Chihuahua (11.4), Yucatán (10.2), Aguascalientes (9.6), Campeche (9.1), Colima (8.5), Guanajuato (7.8) y Quintana Roo (7.7).
Las entidades donde se registró la tasa más baja son Guerrero (2.1), Veracruz (2.5), Oaxaca (2.9), Estado de México (3.3) y Puebla (3.6).
En Quintana Roo, por ejemplo, en lo que va del año decidieron dejar de existir 114 personas -cien hombres y 14 mujeres-, quedando una vez más como uno de los estados de la República con el mayor índice de casos.
Los municipios con mayor incidencia son Benito Juárez (Cancún), Solidaridad (Playa del Carmen) y Othón P. Blanco (Chetumal). Como se puede observar, es un corredor netamente turístico y urbano.
Cancún lleva la delantera con 57 casos, seguidos de Solidaridad (17), Othón P. Blanco (14), Cozumel (09), Bacalar (05), Puerto Morelos (05), Tulum (04), Lázaro Cárdenas (02) e Isla Mujeres (01).
Si se toma en cuenta el rango de edad, tenemos que las personas entre 30 a 39 años lleva la delantera con 34 casos; de 20 a 29 años (32); de 40 a 49 años (19); de 60 años o más (10); de 50 a 59 años (07); de 16 a 19 años (04); menores de 15 años (04) y sin datos de edad (04). La mayoría se quitó la vida por ahorcamiento (102).
Continentes y Países
Si nos vamos continente por continente y país por país, tenemos que en 2017 Groenlandia (isla que pertenece a Dinamarca) lleva la delantera con 79 suicidios por cada 100 mil personas; le siguen Ucrania con 31 y Rusia con 30.
En Europa del Este los países que despuntan son Hungría, Bielorrusia y Polonia, con un promedio de 20 suicidios. En Europa Occidental, Francia encabeza la lista con 17 suicidios.
En Norteamérica, Estados Unidos tiene la delantera con 13 suicidios; Canadá con 10 y México con 6. En África, Zimbabue se mantiene a la vanguardia con 27 suicidios.
En Sudamérica, Surinam y Guyana encabezan la lista, seguidos de Uruguay, Argentina, Cuba y Chile con 16, 11, 11 y 10 casos respectivamente; en Asia, Corea del Sur va a la vanguardia con 25 suicidios, seguido de Japón e India con 17.
Así las cosas. Ante estas estadística de miedo que nos presentan los organismos nacionales e internacionales, no nos queda más que lanzar un llamado solidario para encontrarnos, para dialogar y ayudar a todos los que nos piden auxilio con el ánimo de no cometer la terrible decisión de quitarse la vida.