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Los integrantes de la Conago acudieron a una comida-reunión en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para hablar del programa de salud estrella de este sexenio, el Insabi.
ÉDGAR FÉLIX
CANCÚN, Q. ROO.- Los seis gobernadores panistas que rechazan el Insabi aumentaron el tono de confrontación, desde ayer martes, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en medio de la comida-reunión a los que fueron invitados en Palacio Nacional, junto con todos los Ejecutivos estatales (integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores) para hablar del programa de salud estrella de este sexenio. Pero, también, abrieron el diálogo para concluir este jueves cuando el titular del Ejecutivo Federal presente el plan general del Instituto de Salud del Bienestar.
Antes de reunirse con el presidente en el Salón Tesorería del Palacio Nacional, los gobernadores de la Conago (11 del PRI, 10 del PAN, seis de Morena, uno del PRD y de MC, uno de Encuentro Social, uno independiente y un interino) se reunieron en privado para tratar temas de seguridad, por la mañana y al mediodía, con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien estuvo acompañado por los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; y de Marina, Rafael Ojeda, así como el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto.
Unos minutos antes López Obrador había sido informado del comunicado de los gobernadores panistas, en el que comenzaban a fijar posiciones: “No es prudente politizar el tema de la salud. Nuestra prioridad es una atención eficiente, oportuna y atenta de los pacientes. Apoyamos la gratuidad, pero con la certeza de que sea de calidad. Por ello seguiremos atendiendo a las familias”. Y unos minutos antes, también el ex panista y ahora senador morenista Germán Martínez, ex director del IMSS, les había enviado un mensaje a sus ex compañeros desde el Senado: “Quien hace política zopiloteando a los mexicanos es criminal” y que “hay personas ahí que los debemos apoyar y dejarnos de politiquería barata que en materia de salud puede matar a niños, puede matar a mexicanos. Yo estoy absolutamente en contra de la politiquería en salud”.
Con ese preámbulo de dimes y diretes, entraban uno a uno los 31 gobernadores y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, mientras el morenista Miguel Barbosa, de Puebla, le ponía pimienta y sal a la comida: “Voy a comer con el presidente Andrés Manuel y ni modo de que le diga al presidente que no. Soy el gobernador favorito y me sentaré a su lado”. Y no, no estuvo a su lado en ningún momento. Lo mandaron al centro de la mesa, como a 10 o quince lugares de AMLO. Lejos, muy lejos.
El presidente López Obrador tuvo más el cobijo de los gobernadores priistas encabezados por Alfredo del Mazo Maza, del Estado de México, quien se mostró dispuesto a contribuir en los dos proyectos de seguridad y del Insabi; las piedras amigas llegaron de los seis gobernadores que rechazan al Insabi: Martín Orozco Sandoval (PAN), de Aguascalientes; Diego Sinhué Rodríguez (PAN), de Guanajuato; Francisco García Cabeza de Vaca (PAN), de Tamaulipas; Francisco Domínguez Servién (PAN), de Querétaro; Carlos Mendoza Davis (PAN), de Baja California; y Enrique Alfaro (MC), de Jalisco. Al final, López Obrador expresó que se reafirma con este encuentro el compromiso de seguir trabajando por el bien del país sin distingo de partidos ni corrientes.
Una reunión con protocolo, política, con intereses diversos desde la mañana, desde que se reunieron con Alfonso Durazo, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, quien los invitó a seguir trabajando a partir de un frente común, reconociendo las diferencias de criterios pero fortaleciendo y privilegiando en todo momento el espíritu de tolerancia. “Las diferencias de criterio que pudiéramos sostener para abordar el problema no ha sido obstáculo para entendernos. Todo lo contrario, las hemos asumido como un punto de encuentro y fortalezas para diversificar las acciones que requerimos impulsar en materia de seguridad”.
En esta misma reunión con el secretario de Seguridad, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, vicecoordinador de la Comisión Ejecutiva de Seguridad y Justicia, dijo que las acciones conjuntas permitirán fortalecer el combate a la delincuencia. Una voz discordante a la posición del bloque panista de gobernadores, pero conciliadora con las políticas públicas del país.
Más o menos a la misma hora de la reunión con Durazo, el senador morenista y ex director del IMSS ofrecía una conferencia de prensa para proponer acuerdos con los gobernadores vía el Poder Legislativo. Dijo que no se ha dictaminado en la Comisión de Salud, y la excitativa es para que toda la Comisión Permanente anime a la Comisión de Salud, y Salud la dictamine y rápido se apruebe, y se vaya otra vez a la Cámara de Diputados y tenga la atribución, el Insabi, de poderle dar dinero al IMSS en el Programa IMSS-Bienestar, porque, aclaró, “yo veo ciertos traspiés en lo del Insabi”, mientras remataba con un “yo estoy absolutamente en contra de la politiquería en salud”.
Hoy jueves coincidirán los tres proyectos que el martes se definieron en estas reuniones con el Poder Ejecutivo, y estratégica en el Legislativo, mientras que el bloque de seis gobernadores de Acción Nacional expresó pocas posibilidades de llegar a acuerdos este jueves.
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