Cantan con rap saberes mayas

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Cantan con rap saberes mayas

 

  • A ritmo de rap los mayas inculcan el respeto, el cuidado de la casa y la veneración de la tierra, además de promover el solaz.
YANIRETH ISRADE / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- A ritmo de rap los mayas inculcan el respeto, el cuidado de la casa y la veneración de la tierra, además de promover el solaz, propiciado por juegos lingüísticos de recreo comunitario que ahora se difunden en el disco-libro K’ak’alt’aano’ob yéetel tsolxikino’ob ich maayat’aan (Consejas y trabalenguas en maya peninsular).

Publicado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Ediciones del Lirio, con apoyo de la Embajada de Australia, la obra reunió al rapero Pat Boy y a su grupo ADN Maya con los lingüistas José Antonio Flores Farfán y Fidencio Briceño Chel, además del pintor e ilustrador Marcelo Jiménez Santos.

Flores Farfán destaca en entrevista el alarde verbal de la producción, incluso el duelo que emparentó el rap con trabalenguas de la Península de Yucatán.

“Los trabalenguas tiene una conexión directa con el rap, son música en sí mismos. Tienen una estructura armónica, melódica, rítmica, que los acerca mucho.

“Esto nos lleva a la reflexión de cómo las lenguas originarias tienen ese potencial de ser puestas en distintos formatos, en particular el yucateco, por los sonidos que tiene. Ambos son juegos divertidos, un alarde verbal, de duelo. Hay un paralelismo muy interesante”, observa el coordinador del Acervo Digital de Lenguas Indígenas (ADLI) del CIESAS.

Pero es un juego que suscita la risa, no la burla, previene Flores Farfán, e informa que los trabalenguas, lo mismo que las adivinanzas y los acertijos, datan de la época prehispánica.

“Servían para mostrar agilidad mental, capacidad, competencia en la lengua y como ritos de iniciación, de socialización de la cultura. Tienen una vigencia en las comunidades y son parte de su vida cotidiana, aun cuando se cierne una amenaza”, explica el lingüista, quien calcula en un millón el número de personas que hablan maya peninsular.

Por su parte, las consejas, género también amenazado, compendian las enseñanzas de los abuelos, señala el investigador yucateco.

“Son consejas para el buen vivir, lo que los abuelos le decían o le siguen diciendo a los jóvenes para tener una vida armónica: que respeten la tierra, el entorno, los animales, el ser humano y la comunidad. Hay un acervo de valores muy importante”.

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No puedes, por ejemplo, según advierte una de ellas, entrar en una milpa ajena para comer las sandías de alguien más. Quien lo hace, como se lee en el libro, puede excederse hasta hacerse pesado y no poder salir.

“Hay una consecuencia de no respetar, de no honrar, de no pensar en el otro”, señala el académico.

Se enseña, sobre todo, que la humanidad es una con la naturaleza.

“La cosmovisión de los mayas concibe al ser humano como uno entre otros, no como el capitalismo salvaje en el que somos el centro del mundo y arrasamos con la naturaleza y con todo, en un antropocentrismo que está destruyendo el planeta.

“¿Qué es la pandemia? En buena medida un efecto del individualismo, de la voracidad, de la competencia, de todos esos valores tan negativos que pueblan la vida contemporánea global”.

Y detalla: “Los mayas resisten a esa globalización, aunque les impacta, no podemos negarlo, y un ejemplo es el rap, género global del que se están apropiando para defender su lengua y su cultura, pero al mismo tiempo hay una raíz muy profunda. Si vas a cortar un árbol le pides perdón, le das gracias, le explicas que será útil para construir tu casa. Si vas a la milpa a sembrar le haces una ofenda, y la primera cosecha es para los dioses -en plural- y tienen que ver precisamente con los elementos de la naturaleza, como el aire y la tierra”.

Tiempos de encuentros

Aunque al principio las comunidades mayas, sobre todo los pobladores de mayor edad, recibían con reserva el rap, pues no era tan popular como la cumbia, el ranchero o la bachata, ha logrado escalar, dice Jesús Cristóbal Pat Chablé, “Pat Boy”, fundador de ADN Maya, grupo que nació en 2015 y promueve que esta lengua originaria se difunda en otros géneros musicales, incluso el reggae y el rock.

“Es una música urbana que se escucha más por los chavos, pero cuando plasmamos en el rap la lengua, mucha gente comienza a identificar algunas palabras, se identifican con la vida cotidiana que está en los temas que interpretamos, y eso hizo que lo fuera aceptando la gente grande”, evoca el cantante, quien trabaja en talleres musicales para niños para preservar su idioma, al tiempo que perfilan un estudio de grabación que le permita continuar su trabajo.

El disco-libro K’ak’alt’aano’ob yéetel tsolxikino’ob ich maayat’aan se distribuirá en escuelas y bibliotecas públicas; en la península, Pat Boy alista el reparto de la obra.

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