POR KUKULKÁN
EN LAS “benditas” redes sociales se califican diariamente las actividades de la actual alcaldesa de Benito Juárez, Hermelinda Lezama Espinosa, como actos de “proselitismo electoral matraca en mano”. Una mayoría opina que la señora Lezama nunca se había bajado durante sus casi tres años de agobiado y desastroso gobierno de su camioneta, sin placas, marca Jeep y con un aire acondicionado que evitaba cualquier sudor en la frente de la militante verde con algunos tintes morenos. Ahora le faltan esquinas y colonias para andar saludando personas, “viendo por los problemas” de la gente y dándose unos baños de pueblo tardíos al más viejo estilo priista. Ya no le creen, y eso es grave.
POR SUPUESTO que busca reelegirse en la alcaldía de Benito Juárez otros tres años para terminar de destrozar esta ciudad o, al menos, posicionarse en busca de algún cargo que le brinde inmunidad política porque hay muchos grupos resentidos con ella. La presidenta municipal no sólo se está jugando políticamente su futuro estos días sino el bienestar de su exitosa familia y sus negocios que le dieron tantos beneficios particulares. Nomás le faltó comprar un cuadro de Picasso. El dinero no lo es todo y cuando se combina con poder político deben ir de la mano pues de otra manera la desgracia está por abrirle las puertas. ¿Han escuchado hablar de Mario Villanueva? Como que nos suena y podría ser una analogía bastante parecida a esta historia digna del museo de la inocencia.
HERMELINDA LEZAMA está en sus últimos días al cobijo del poder pero con un franco declive evidente en sus discursos y en sus actos cada vez más intrascendentes y sin apoyo de organizaciones ni militantes. Quienes le levantaron el maletín en los primeros días ahora ya se lo regresan y quienes le abrieron la puerta ahora le han echado cerrojo. La alcaldesa se está quedando sola y con las manos llenas de sangre desde hace varios meses. Ya le están pasando todas las facturas adeudadas, todos esos compromisos sociales no cumplidos, el desastre está por venir como el peor huracán que haya visto. Los lobos, y alguno que otro demonio, andan sueltos.
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OTRA ALCALDESA que anda no mal, sino pésimo, en sus últimos días de administración, tratando de tapar todo el cochinero impecablemente hecho durante sus casi tres años de ocurrencias, es Laura Fernández Piña, del verde, quien en sus últimas incursiones por ejercer con mucho éxito el año de Hidalgo cometió una serie de irregularidades para hacerse de terrenos aledaños al lugar donde será construida la estación del Tren Maya. Las primeras denuncias ya se están ventilando en las redes, además del desastre ecológico que está provocando con “permisos pato” en la Ruta de Los Cenotes.
PUERTO MORELOS no debe ser condenado a la hecatombe ecológica en que se encuentra. Urge rescatar este municipio de las garras de desarrolladores inmobiliarios sin escrúpulos que están devastando la selva quintanarroense y, en específico, en la ruta de Los Cenotes de la Riviera Maya, donde la alcaldesa debe tener muchos intereses porque el Ayuntamiento los está apoyando con todo. Es lamentable ver la enorme cantidad de camiones de carga que circulan por la carretera entre Puerto Morelos y Leona Vicario anunciando la catástrofe. Doña Laurita debe ser investigada por esto. Urgente.
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CON EL regreso al semáforo naranja de la zona norte de Quintana Roo, los municipios de la franja costera aumentarán las medidas de vigilancia. No hay pretextos para no hacerlo.