Por KUKULKÁN
LE FUE de bien a muy bien ayer al gobernador Carlos Joaquín González en la reunión con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez. Bien, porque el góber ya quiere que las obras comiencen en el puente Nichupté y toda la infraestructura de estaciones, ampliación de carreteras y menaje anexo al Tren Maya, y muy bien porque últimamente ha sentido buen cobijo de la federación en esta materia. Ya van varios encuentros del ejecutivo estatal con el secretario de Hacienda con resultados muy positivos.
SE VE y se siente que Quintana Roo está bien situado en la brújula preferencial de la federación no por razones milagrosas sino por un trabajo político fino, constante y sin luces artificiales. Arturo Herrera ha mostrado muy buena disposición porque en los acuerdos saca la varita mágica para darle inmediatez a las obras y para ofrecer mayor certeza al gobierno del Estado en tiempo, calidad y flujo del presupuesto. Pero eso no es suficiente porque el tiempo apremia.
UNA MÁS para el gobernador Carlos Joaquín, quien a pesar de las vicisitudes de la pandemia en impacto hacia la economía del estado junto con la crisis provocada por la desaceleración de la actividad turística, no ha dejado de impulsar obras de gran impacto para el desarrollo del estado. Nichupté ya era como una maldición de algún embrujo maya del wayeb y un tren para el sureste parecía más bien como una misión imposible.
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AÚN NO se reponen varias víboras del nido de la impresión que nos regaló ayer ¿quién cree?, ya mejor ni le decimos de quien se trata porque ya sabe usted quien se ha llevado todas las palmas y los honores de andar haciendo oso tras oso. Siguen mudas la mayoría de las serpientes y eso que son las más venenosas, como que no pueden reír ni llorar ni nada, siguen en completo schock, sólo atinan a balbucear algo que parece ser como un nooo… como un vaaa… y como un sonido gutural de essss… Fue impresionante, sí. Tuvo que venir el veterinario con urgencia maletín en mano con sueros para evitar infartos y desmayos. Las víboras siguen muy mal porque a la señora doña Hermelinda Lezama Espinosa se le ocurrió ayer publicar una foto con Gibrán Ramírez Reyes.
SÍ ASÍ como lo leyó y eso que, tal vez, no ha visto la foto. ¿Y dónde está lo impresionante de todo esto como para mandar a las víboras más venenosas a un estado de crisis nerviosa casi en estado de coma? preguntarán los más incrédulos. Primero, cuando fue la campaña por la presidencia del CEN de Morena y durante su visita por Quintana Roo de Gibrán Ramírez, a la cual no asistió ni fue convocada su graciosa majestad la alcaldesa primera, el intelectual Gibrán, señaló con el índice las componendas, desaseo y acciones anti democráticas de varios dirigentes de Morena, y entre ellas se refirió a ya sabe quién. Esas alianzas bajo la mesa con empresarios y grupos poderosos.
QUÉ BUENO que doña Hermelinda publique una foto con Gibrán. Pero no ahora ni en el contexto actual, es, por decir lo menos, un error de cálculo mayúsculo. Un mal mensaje de la ingenuidad y candidez, por no decir otra cosa, de su majestad la alcaldesa. No es una muestra de congruencia política ni de ser incluyente a todas las corrientes, porque eso lo debió hacer cuando Ramírez Reyes andaba de candidato y visitó esta entidad. Y qué culpa tienen nuestras víboras más venenosas de andar padeciendo este tipo de sustos, risa incontrolable y sorpresas. Siguen con suero y qué necesidad, diría Juanga.