- Ricardo Antonio Vega, el llamado ‘Sultán de los Ferraris’ e implicado por autoridades con operaciones de la mafia rumana, negó vínculos con Florian Tudor.
BENITO JIMÉNEZ / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El empresario Ricardo Antonio Vega Serrador, implicado por las autoridades federales con operaciones de la mafia rumana, rechazó tener nexos con ese grupo criminal, pero reveló que la UIF le congeló 270 cuentas bancarias de sus empresas del giro inmobiliario, gasolinero, restaurantero, entre otros.
El llamado “Zar de la gasolina” y propietario de una de una de las colecciones de Ferraris más grandes del mundo, admitió que hizo una transacción con Francisco Evodio Garibay Osorio -ex director del Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública de Quintana Roo (IPAE)- al venderle “Inmobiliaria Crisantemos”, que entre sus acciones incluía un inmueble.
Ese inmueble fue vendido por Garibay a un socio de Florian Tudor, a quien las autoridades señalan como líder de la mafia rumana.
“Todas las personas que estuvieron relacionadas en algún momento directa o indirectamente con los rumanos tienen congeladas las cuentas por UIF”, explicó.
Aunque admitió las transacciones que de alguna manera lo vinculan con personas o empresas relacionadas a la mafia rumana que clona tarjetas bancarias en Quintana Roo, el empresario dijo que no conoce a Florian Tudor ni ninguna persona de esa nacionalidad.
“No lo conozco (a Florian Tudor) ni a ningún rumano, ni sé quién es ni lo he visto jamás. A Inmobiliaria Crisantemos, la empresa que vende la casa, también le congeló las cuentas, por eso me doy cuenta del motivo por qué fue, por Crisantemos, ya sé cual es el motivo (de la investigación)”, dijo Vega en entrevista.
“Todas las personas, lo que yo tengo informado, que estuvieron relacionadas en algún momento, directa o indirectamente con los rumanos tienen congeladas las cuentas por parte de la UIF. Congela las cuentas también del notario que firmó la escritura de los rumanos y congelan las cuentas de la persona que vendió la casa”, justificó.
No obstante, insistió en que no conoce a Tudor ni a ningún rumano.
La historia se remonta a 2010, cuando Vega Serrador decidió vender las acciones de la Inmobiliaria a Garibay Osorio, quien fue director del IPAE durante el sexenio de Félix González Canto.
La Inmobiliaria fue operada por Garibay y su hijo Iván Eliud Garibay Pulido –también con las cuentas congeladas–, y en 2015 vendieron a un socio de Florian Tudor un predio de 320 metros cuadrados en Cancún por apenas 3 millones de pesos.
De acuerdo con la escritura 3713 y ante el notario Nain Díaz (investigado y quien tiene congeladas sus cuentas), el predio fue comprado por la Inmobiliaria Investcun que representó Adrián Ninel Enachescu, cuñado de Florian Tudor y socio además de la empresas Brazil Money y Top Life, que operan casas de cambio y cajeros.
Sin embargo, el empresario se desmarcó de las operaciones que pudo realizar Garibay y la empresa Crisantemos, y sostuvo que la transacción que hizo con éste último fue legal y pagó los debidos impuestos.
“Yo formó una sociedad que se llama Crisantemos en el año de 2003, y luego compré una casa en el año 2006, le agrego esa casa a esta sociedad y en 2010 vendo las acciones a una persona que se llama Francisco Garibay, por tal motivo yo no sé este señor qué hizo con la casa, pero yo tengo entendido que él la vendió a unos rumanos, cosa que soy ajeno a eso”, manifestó.
“Mis abogados se van a presentar ante la UIF a demostrar lo que se tenga que demostrar, la compra-venta de acciones con Garibay, mis pagos de impuestos y nada más, y cualquier otro papel que necesite la UIF se lo podemos entregar sin problemas”, indicó.
El empresario negó además que haya sido parte de una investigación en 1997, y aunque reconoció que fue parte de una indagatoria federal en 2014, dijo que ésta no derivó en una acción penal.
“No hubo nada, no pasó nada y el FBI nunca me ha culpado de nada, soy inversionista en Estados Unidos, tengo empresas en EU, viajo todas las semanas a EU, y no he tenido ningún problema, yo pago mis impuestos en el extranjero y en México.
“Tengo agencias de autos, si las tengo, y en gran parte del estado de Quintana Roo yo tengo gran parte de de las gasolineras y surto combustible a la empresa que me pida crédito, lo hago si el municipio me pide crédito, vamos a una licitación y surto combustible”, concluyó el empresario, quien destacó que tiene una plantilla de 4 mil empleados.
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