NIDO DE VÍBORAS

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NIDO DE VÍBORAS

POR KUKULKÁN

LOS VERDES tomaron el poder por asalto desde 2002 en que conquistaron el municipio de Benito Juárez (Cancún) con el célebre José Ignacio “El Chacho” García Zalvidea, auspiciado por el aún líder del partido del tucán Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”, a quién Quintana Roo le gustó para quedarse.

EN SU SUEÑO de ser algún día gobernador del estado, “El Niño Verde” ya probó el calibre de las balas mediáticas y jurídicas de lo que representa desafiar a la clase política local y el acendrado sentimiento nativista —llámense poderosas familias de Chetumal y Cozumel que en 45 años se han repartido la gubernatura— que cuando se han unido han sido capaces de cerrarle la puerta a los fuereños.

EN 2004 fue exhibido a través de una videograbación entre él y un intermediario de un grupo de inversionistas en la que aceptaba una oferta por dos millones de dólares para la creación de hoteles dentro del corredor turístico de Cancún por lo que enfrentó una investigación financiera en la que al final salió absuelto.

EL VENENO fue letal para las aspiraciones de “El Niño Verde”, aunque no le restó poder ni le impidió seguir gobernado Cancún, la Joya de la Corona, a través de su alianza primero con el PAN y luego con el PRI, lo que desde 2016 permitió a los Verdes gobernar solos, no sólo en Benito Juárez, también en Puerto Morelos y, aliado con Morena, para el próximo proceso electoral buscan conquistar Isla Mujeres.

LOS AGRAVIOS se los ha ido cobrando El Niño Verde a la clase política local usando el poder de influencia que cultivó con el presidente Enrique Peña Nieto, como cuando impidió al ex gobernador priista Félix González Canto bajarlo de la candidatura en la primera fórmula para el senado de la república en 2012; o como cuando el gobernador Roberto Borge le entregó al Verde las estructuras y bases sociales del PRI.      

AHORA Jorge Emilio es nuevamente el consentido del presidente Andrés Manuel López Obrador y, por ende, del líder nacional de Morena Mario Delgado quien le dejó manejar a su antojo el pasado proceso de elección interna para conformar por primera vez cabildos y gabinetes completamente verdes, lo que ha dado valor a su dirigente estatal y regidor Pablo Bustamante para alardear en oficinas y pasillos del ayuntamiento de que aquí nomás sus chicharrones truenan.

“LA CANDIDATURA de Mara Lezama para reelegirse no se la debe a Morena sino al Verde”, reparte a los cuatro vientos con ánimos triunfalistas de que arrasarán en junio próximo y prácticamente se ven en la antesala de la gubernatura en 2022, aunque ya en la cúpula de los tucanes comenzaron a dudar si irán con ella o mejor con su líder moral “El Niño Verde”, a quien el desprestigio le ha hecho lo que el viento a Juárez.

LOS ASTROS parecen alinearse a su favor: “El Niño Verde” cuenta con la venia del Presidente en turno, el Verde hasta ahora tienen en su poder dos municipios con un enorme presupuesto para manejar a su antojo y está ante la inmejorable circunstancia de enfrentar un nativismo dócil y debilitado como para impedirle alcanzar su sueño de ser el primer gobernador fuereño, lo que no pudieron ni “El Chacho” García Zalvidea, en 2005, ni “Greg” Sánchez, en 2010, quienes pagaron con cárcel su osadía. 

@Nido_DeViboras