Exigen justicia y honran a víctimas de Línea 12

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Línea 12
  • Vecinos y colectivos protestaron por el desplome en la L-12 y exigieron justicia para las víctimas, a quienes honraron con altares y música.
ALEJANDRO LEÓN

CIUDAD DE MÉXICO.- Entre las vías retorcidas y la trabe de la Línea 12 partida en dos, manifestantes se vieron reflejados, como si se miraran en un espejo roto.

A manera de protesta, vecinos -principalmente- y colectivos organizaron una velada frente a la estación Olivos, donde el colapso del lunes dejó 26 personas sin vida.

Al preguntar a varios qué fue lo primero que pensaron al ver la zona cero, coincidían en dos frases:

“Pude haber estado en ese tren” o “pude haber sido yo”.

Predominaron las pancartas, las veladoras y el coraje que empujaba consignas o lágrimas.

Melina, vecina de Zapotitlán, compró un ramo de rosas blancas en el mercado de San Lorenzo para que adornaran uno de los altares que fueron instalados sobre la vialidad. Acostumbra utilizar la Línea 12 del Metro para regresar de su trabajo como asistente, en el horario en el que sucedió la tragedia.

“El lunes decidí no ir a trabajar, si no, probablemente, estuviera yo ahí. Nos subíamos a lo mejor a veces con temor porque sabíamos que la línea fallaba, pero aún así, la necesidad de ir al trabajo o a la escuela, nos hacía utilizar el Metro”, decía.

Los primeros en llegar fueron los vecinos y lo hicieron en silencio. Después, arribó un contingente que salió de las estaciones Eje Central y Culhuacán. Venían caminando y en bicicletas.

En el cruce de Reno y Avenida Tláhuac, policías antimotines les bloquearon el paso. Por momentos hubo forcejeos, intentos por retirar las vallas y tironeos para impedirlo.

Los residentes que ya estaban en el lugar se acercaron al cruce. Sólo así, los uniformados desistieron y rompieron filas.

Ya frente a la estación que permanece cerrada, una banda de guerra de iztapalapenses entonó Toque de Silencio. Algo tocaron que la gente correspondió cantando el Himno Nacional Mexicano a capela.

Erick Mendoza se unió a la protesta. Decía que así quería recordar, homenajear y pedir justicia para su mejor amigo: para Alejandro Mendoza Vega… su papá.

Llamaron a su celular apenas supieron del accidente. No contestaba.

Fueron al lugar del desplome y lo buscaron hasta donde pudieron. No estaba.

Lo último fue llegar a la Agencia 6 del MP en Iztapalapa. Ahí tenían su cuerpo.

Ayer regresó al lugar donde trabajaba su padre. Le entregaron sus pertenencias y de ahí se enfiló a la protesta.

“No se vale que por su descuido… que mi papá tuvo que haber muerto”, lamentaba.

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