- Cuando iniciaron el podcast, tuvieron que hacer búsquedas en internet para contactar a amigos o familiares de víctimas del feminicidio.
DALIA GUTIÉRREZ / AGENCIA REFORMA
MONTERREY, N.L.- Hablan por la víctimas de feminicidio. Antes de ser asesinada, Mónica Segura era una mujer alegre, cariñosa y amable con todos. Tenía dos hijos, visitaba a su madre todos los días, le encantaban las fritangas y ayudaba a las personas sin pensarlo dos veces.
Tras su muerte, se convirtió en un número más en las estadísticas de la violencia feminicida en México.
Pero su memoria sigue presente en “Ellas Viven Aquí“, un podcast que desea ser un espacio para honrar la vida de niñas y mujeres víctimas de feminicidio. Un lugar para recordarlas por quiénes eran, no por cómo dejaron de vivir.
“Nosotras no hablamos de la muerte”, expresa María Andrea Otero, una de las cuatro jóvenes creadoras del proyecto sonoro.
“Queremos hacer énfasis en recordar su nombre, su vida, sus historias, sus sueños. Recordar que eran mujeres completas y mujeres independientes a este hecho por el que tristemente las estamos recordando”.
Detrás de esta iniciativa, surgida en Monterrey en noviembre del 2020, también están Ana Paulina Otero, Berenice Valencia y Michelle Silva.
Su objetivo es difundir el mensaje de que ellas, sus nombres, sus historias y sus vidas son importantes. También, llamar la atención de la sociedad, decirles que sus muertes no son sólo una estadística más y que es urgente actuar para acabar con la violencia.
“Me sentía demasiado impotente, sentía que no podía hacer nada”, cuenta Ana Paulina, quien tuvo la iniciativa de actuar ante la situación.
“Le hablé a mi hermana y le dije casi llorando: Estoy harta de este discurso, estoy harta de que nada cambie, estoy harta de que sean números y que lo que se supone que es un dato escalofriante, ya se vuelve algo tan normalizado”.
En vez de crear un podcast para informar sobre el feminicidio, decidieron que la mejor manera de honrar a estas mujeres era crear un retrato en donde todos puedan conocer quiénes eran ellas en realidad.
Cada historia va acompañada de una ilustración de la mujer honrada, creada por artistas visuales que han colaborado. Hasta hoy, el proyecto cuenta con 20 episodios dedicados a mujeres de México y Latinoamérica.
LES DAN VOZ
Brenda Damaris es recordada por su madre como el alma de la fiesta. En el podcast cuenta que le gustaba bailar desde cumbias colombianas hasta danza folclórica, y también que soñaba en convertir su casa en un restaurante.
Son los familiares de estas mujeres, especialmente sus madres, los que narran quiénes eran y en quiénes querían convertirse.
Las jóvenes realizan las entrevistas, ya sea por internet o por teléfono.
“Ninguna de nosotras nos sentíamos en la posición de poder darle voz a su historia, cuando su familia lleva pidiendo a gritos dar esa voz, que alguien los escuche. No es nuestra historia, es su historia”, explica Ana Paulina.
“Eso para nosotras es súper importante, que sean los familiares que la conocieron y son los representantes, todavía, de ellas”.
Cuando iniciaron el podcast, tuvieron que hacer búsquedas en internet para contactar a amigos o familiares de víctimas del feminicidio.
Ahora colaboran con diversas asociaciones, como Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, que les ayudan a seleccionar casos y hablar con sus familias.
“Están haciendo un ejercicio muy fuerte de mantener la memoria viva de sus hijas en estos espacios”, dice Berenice.
“Creo que se honra así la vida de la persona que fue víctima, pero también la lucha de quienes están tratando de recordarlas”.
Al conversar con familiares de víctimas de feminicidio, las jóvenes se han dado cuenta del impacto que tiene para ellos el tener un espacio en donde sean escuchados y en donde pueden recordar con alegría a sus hijas, madres, tías o hermanas.
Su objetivo es que el podcast se convierta en una plataforma lo suficientemente grande para poder visibilizar casos de injusticia, algunos de los cuales ni siquiera tienen abierta una carpeta de investigación.
“Me gustaría que no lo tuviéramos que hacer”, indica Ana Paulina, “pero mientras haya la necesidad, con gusto y con amor lo vamos a hacer”.
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