‘Los Lobos’ y la fortaleza de hermanos

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Los Lobos

  • ‘Los Lobos’ está inspirada en recuerdos de los hermanos Kishi cuando emigraron a Estados Unidos con la promesa de ir a Disneylandia.
MAURICIO ANGEL / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Los días de Max y Leo, encerrados en el departamento en Estados Unidos al que acaban de llegar, son contrastantes.

Los hermanos pueden pasar de hacer lagartijas juntos a madrearse, pero nunca olvidan que es una regla cuidarse entre ellos.

El mensaje se los recuerda la voz de su madre grabada en un casete junto con otras reglas del hogar, que ella dejó para protegerlos a la distancia mientras debe salir a trabajar en el filme Los Lobos, que estrena hoy en cines.

Samuel Kishi, premiado en festivales de cine de Miami y Berlín, creó la película inspirado en sus recuerdos de horas solo con su hermano menor Kenji (encargado de la música), cuando emigraron con su madre a Estados Unidos con la promesa de ir a Disneylandia.

“Los Lobos es un microcosmos de lo que ocurre con niños migrantes, pero también se enfoca en la formación de un hogar, en el momento en el que un lugar frío y vacío se vuelve la cálida guarida a la que podemos decirle casa, donde Max le enseña a abrocharse las cintas a Leo.

“Retrata la hermandad y la maduración cuando empezamos a conocer las otras caras de nuestros padres y nos vemos obligados a verlos también como personas”, detalló el cineasta en entrevista telefónica.

La familia duerme en el suelo, pero las risas no faltan gracias a la imaginación de los hermanos, que dibujan lobos en la pared para representarse a sí mismos como héroes.

A través de sus lobos, los infantes personificados por los hermanos Maximiliano y Leonardo Nájar Márquez, tratan de entender los cambios en su vida, como la confesión que hace la madre a una vecina al decirle que el papá “se fue por el foco”.

Kishi se siente tocado por las escenas de Lucía (Martha Reyes Arias), quien representa a su madre de una forma tan compleja que, dice, atrae a quienes han visto el tráiler o funciones previas.

“Madres nos agradecen la interpretación de una mamá que es persona, que tiene deseos, frustraciones. Se pone iracunda cuando entra a su casa y hay un desmadre, que tiene tiempo para jugar, para los abrazos, las nalgadas y para ser mujer en todos los aspectos.

“Nos han escrito mujeres comentarios para contarnos cómo se sienten identificadas, nos hablan de la crianza, lo difícil que es y sus frustraciones. El público masculino se identifica más con los hermanos, pero después de verla, todos quieren compartirnos su vida”.

A principios de la pandemia, el director de Somos Mari Pepa bromeaba al decir que era buen momento para pedirle a su madre una grabación para afrontar el encierro. Hoy sí encuentra muy claro el nuevo significado de su filme con lo ocurrido durante la pandemia.

“Las primeras veces que hablamos de la película estaba focalizado el tema migratorio, ahora muchos hablan de la empatía y cómo se identifican con los niños por el encierro y el aislamiento. Se generó un puente de comprensión”, destacó el cineasta.

ASÍ LO DIJO

“Es una película muy mexicana, habla de nosotros, nuestras idiosincrasias, miedos, amores, no sólo del drama migratorio. Tiene temas muy universales y destaca que vivimos en un mundo muy oscuro que hace destacar más la luz”. Samuel Kishi, director.

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