Reviven horrores de ‘El Halconazo’

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Halconazo
  • A 50 años de la Matanza del Jueves de Corpus o ‘El Halconazo’, emprenden la restauración del filme ‘Junio 10’, del colectivo estudiantil Contrainformación.
FRANCISCO MORALES V. / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Con la incredulidad en los rostros y el corazón palpitándoles fuerte en el pecho, los siete estudiantes se congregaron, ya entrada la noche, en el departamento habitual.

Apenas unas horas antes, como un eco terrible de lo que vivieron en el 68, el Estado mexicano había irrumpido en una manifestación pacífica con furia, a golpes de palos de kendo y metralla, en una emboscada artera y perfectamente orquestada.

“Estábamos, realmente, entre la desesperación, la depresión, el querer entender lo que había sucedido y, poco a poco, explicarlo”, recuerda en entrevista Óscar Alzaga, entonces estudiante de la Facultad de Derecho de la UNAM.

Fue en esa misma noche de hace 50 años, el 10 de junio de 1971, cuando él y seis compañeros decidieron que lo vivido ese día, un hecho hoy conocido como la Matanza del Jueves de Corpus, o “El Halconazo”, jamás habría de olvidarse.

Los siete, futuros físicos, matemáticos, un filósofo, un arquitecto y un abogado, pusieron sobre la mesa la pasión que los había congregado durante varios años: el cine.

“Justo la noche del mismo 10 de junio decidimos hacer la película, un documental, porque veíamos que era lo que nos conjuntaba a todos”, recuerda el hoy abogado sindicalista.

A 50 años de la matanza perpetrada por el grupo paramilitar conocido como “Los Halcones”, un documental poco conocido, producido clandestinamente y en condiciones precarias por los estudiantes, adquiere una relevancia histórica significativa.

Esa misma noche, azuzados por la indignación, Josefina Morales, Rafael Úbeda, Arturo Garmendia, Fernando Velázquez, Humberto Madrid, Rafael Santos y Alzaga crearon el grupo Contrainformación.

De corta vida, pero gran importancia, este colectivo de cineastas concibió la cinta Junio 10, Testimonios y reflexiones, un año después, documento valiente en tiempos de persecución incesante por parte del Estado.

“Decidimos no firmarla porque era muy expuesto hacerlo, y entonces el sentido de nuestra película era contrainformar lo que oficialmente se informaba, que eran puras mentiras”, describe el abogado.

Dado a conocer al público en 1972, el documental persiste hoy tal y como lo hizo desde sus inicios: en copias resguardadas por sus creadores que se reparten de mano en mano, sin un lanzamiento en forma.

“Nosotros fuimos los productores, y por eso es tan indigente, tan pobre”, bromea el integrante del colectivo, que también rodó Horizonte, un trabajo sobre la explotación laboral en Chiapas.

Junio 10 es una cinta de 23 minutos, en blanco y negro, filmada en formato de 16 milímetros a partir de material fotográfico inédito, video proporcionado por testigos, notas periodísticas y filmación de algunas escenas y entrevistas.

Conservada con apoyo de la UNAM, la cinta se encuentra todavía en proceso de restauración para poder restituirle el sonido, actualmente perdido.

En 1971, tras la determinación al calor de los hechos de fundar el grupo Contrainformación, los productores se encontraron con un primer revés que, muy al inicio, parecía definitivo.

A la manifestación, que nació en apoyo a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León y para reiterar las demandas incumplidas del 68, Madrid acudió con una cámara Súper 8 y logró, entre la refriega, filmar lo que habría de ser la base del filme.

Tras llevar los negativos a un laboratorio, recibió la noticia de que todo su material había sido velado, un método de censura en contubernio con el Gobierno.

“Después supimos que era una práctica, porque a muchos les ocurrió lo mismo; fotos, películas, lo que fuera; todo confiscaban”, recuerda Alzaga.

No obstante, después de ese tropiezo, el grupo encontró solidaridad en el circuito de cineclubes de la Ciudad, donde ya eran conocidos como editores de la revista de crítica 35mm.

“Tuvimos la buena suerte de que, como grupo, más o menos se nos conocía en el ámbito del cine, y una fotógrafa francesa que estuvo en México en el 71 nos facilitó una caja de fotografías tamaño still, excelentes. No nos cobró nada, nos la regaló. Hay mucha solidaridad en esos momentos. Así lo explico”, celebra.

El documental se realizó a partir de una tesis acordada por los siete integrantes del grupo, para quienes quedó abundantemente claro, tras la represión sufrida, que la “apertura democrática” pregonada por el Presidente Luis Echeverría era una política de engaños.

“Prometía que sería muy distinto al sexenio anterior, el de (Gustavo) Díaz Ordaz, al que todo mundo conocía como represor, y el 71 resulta ser todo lo contrario: es continuar con la línea política del 68”, sostiene Alzaga.

Compuesto a partir de varios momentos temáticos, la cinta abre con imágenes de actos públicos de Echeverría promoviendo la supuesta apertura, y después hay una sección con notas periodísticas que contextualizan los motivos de la marcha que partió del Casco de Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional, y fue ahogada en las inmediaciones de la Escuela Normal Superior.

Contra la narrativa negacionista que todavía imperaba en 1972, el filme de Contrainformación es descarnado y explícito en su retrato fotográfico del cierre de las calles por parte de la policía y la irrupción de Los Halcones, a quienes se muestra blandiendo sus palos y golpeando salvajemente a los estudiantes.

“Sentimos un terror espantoso con las balas y toda la agresividad que se vio. La policía no estaba actuando neutral porque no nos permitía salir y, en cambio, sí permitía la entrada de Los Halcones; había una complicidad obvia”, recuerda Alzaga, quien tuvo que guarecerse en una vecindad para salvar la vida.

Las fotografías que se utilizan como material documental también muestran, de manera incontrovertible, que los halcones portaban armas de alto calibre que descargaron sobre los estudiantes.

Pasada la parte testimonial, la reflexión proviene de una serie de entrevistas breves con líderes del 68, como Gilberto Guevara Niebla, Pablo Gómez, Eduardo Valle “El Búho” y Fausto Burgueño, quienes presentan su análisis de la represión a la primera marcha después de la masacre del 2 de octubre, en entrevistas que están pendientes de recuperación por la falta de sonido.

“El 71 para algunos líderes fue una lucha menor, pero nosotros pensamos que es un error profundo decir eso; es exactamente la continuación del 68”, reflexiona Alzaga. “El 71 dejó ver muy claramente al (Presidente) que se quería disfrazar con la apertura democrática, la calidad del Gobierno que teníamos ahí enfrente”.

Para el abogado, ese puente para la conciencia civil que se tiende entre el 68 y el 71 es vital que no se olvide.

“Nos parece que fue una etapa que permitió al estudiantado conocer la propia realidad de mejor manera, lograr cierta conciencia política social y, en algunos casos, hasta lucidez de interpretación de la historia de nuestro país”, concluye.

Para que nunca se olvide, ahí está el documental de Contrainformación, pasando de mano en mano, con el espíritu intacto de los siete jóvenes estudiantes que se atrevieron a hacerlo la noche misma del 10 de junio del 71, a medio siglo de distancia.

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