NIDO DE VÍBORAS

883
NIDO DE VÍBORAS

POR KUKULKÁN

MUCHOS HOTELEROS responsabilizan a los medios de información de la mala imagen que proyectan hacia el exterior al publicar noticias amarillistas ocurridas en los diferentes destinos turísticos del estado —principalmente relacionados con la inseguridad, la corrupción y los abusos cometidos contra visitantes extranjeros— y en parte tienen razón porque desafortunadamente sigue habiendo “periodistas” que viven del escándalo como una medida para presionar a autoridades locales a cambio de dinero por su silencio o porque guiados por intereses políticos de grupo quieren destruir al gobierno en turno.

Y EFECTIVAMENTE, cualquiera que sea la razón para publicar malas noticias, los destinos turísticos pierden y más cuando la dimensión del escándalo escala hacia instancias gubernamentales extranjeras que generalmente responden con alertas de viaje a sus ciudadanos para que se abstengan de venir al Caribe mexicano, lo cual impacta en la economía que sostiene estos paraísos naturales; pero no todo se puede achacar a la perversidad mediática, también los grandes grupos hoteleros contribuyen a proyectar esa mala imagen hacia el exterior. Y mucho.

NO ES POSIBLE que a cuatro meses de la muerte accidental del menor “Leo” en el Parque Acuático Xenses, el Grupo Xcaret se niegue a asumir su responsabilidad en la tragedia y se resista a través de amparos para que la Fiscalía General del Estado pueda llegar al fondo de las investigaciones, como parte de una estrategia legal mezquina de no reparar el daño como lo ha venido exigiendo el padre, en el entendido que ni todo el dinero del mundo le devolverá la vida a la víctima ni la tranquilidad a su familia. La postura de los directivos de la empresa ha sido que si ceden esta ocasión, abren la posibilidad de que le apliquen la misma en futuros accidentes.

POR OTRO LADO, la estrategia de control de daños implementada por Grupo Xcaret de no hacer público el accidente, amenazando al padre de no entregarle el cuerpo de su hijo si denunciaba los hechos ante los medios de información, resultó más perniciosa no sólo para los destinos turísticos sino para el propio gobierno estatal, porque puso al descubierto la presunta complicidad de la Fiscalía en el ocultamiento de los hechos. Con esos antecedentes, ¿qué turistas van a querer vacacionar en el estado si todos están coludidos para ocultar las fechorías?

NO ES EL ÚNICO CASO, recientemente el semanario Bloomberg Businessweek publicó una denuncia sobre el abuso sexual que sufrió la turista estadounidense Lauren Kassirer, de 35 años y maestra de secundaria de Nueva York, quien en junio de 2018 decidió viajar al Caribe mexicano y fue encontrada desnuda, maltratada y al borde de la muerte en un alquiler de Airbnb en Akumal, en la Riviera Maya, presuntamente a manos de un trabajador de la empresa digital de rentas vacacionales.

TUVIERON QUE PASAR tres años para que los padres de la víctima se atrevieran a hacer pública la denuncia, ya que en su momento fueron amenazados de que si lo hacían, les quitarían todo el apoyo económico y logístico que requirieron para trasladar a su hija quien finalmente murió en suelo estadounidense al no superar las agresiones que sufrió. Según el semanario que tituló el reportaje “Pesadilla en la Riviera Maya: una historia de ‘terror’ en un Airbnb”, en su momento la empresa de rentas vacacionales ofreció sus conexiones con el Gobierno para ayudar en la investigación y pagó por agentes privados y abogados. 

LA COMPAÑÍA cubrió alrededor de 250 mil dólares en gastos, incluidos los costos del funeral, y envió a la familia un cheque por 750 mil dólares adicionales, de acuerdo con la investigación periodística con tal de que la familia se quedara callada. Pero el padre, Eli Kassirer, de 74 años, no aguantó más y relató al semanario los detalles de las intimidaciones de que fue objeto para mantener en silencio los motivos de la muerte de su hija: ‘Se aprovecharon de la vulnerabilidad de nuestra familia para evitar una pesadilla de relaciones públicas’, resumió. Con estos dos ejemplos, que hay más, sería bueno que los grandes consorcios hoteleros respondieran a la pregunta: ¿quién daña más la imagen del destino?

@Nido_DeViboras