NIDO DE VÍBORAS

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NIDO DE VÍBORAS

POR KUKULKÁN

A LAS 12:01 de este jueves 30 de septiembre deberán estar asumiendo el cargo los nuevos alcaldes y alcaldesas de los once ayuntamientos del estado, como lo establece la legislación estatal, y en pasillos o escalinatas de los palacios municipales desde hace algunos días comenzaron a verse caras de preocupación e incertidumbre en quienes temen perder su empleo porque llegará una administración de color diferente y quienes presienten que serán parte de los enroques prometidos por los gobiernos que repetirán otro trienio.

SALVO en Benito Juárez y Othón P. Blanco, donde Morena confirmó su triunfo, así como en Puerto Morelos donde el Partido Verde Ecologista hizo lo propio, en el resto de los nueve municipios llegarán autoridades de diferente color partidista y, por lo mismo, se avecinan cambios en los respectivos gabinetes que pusieron nerviosos a empleados de confianza, muchos de los cuales se ahorraron el bochorno y se llevaron sus maletas con días de anticipación.

EN ALGUNAS de las demarcaciones se han puesto a temblar funcionarios salientes por las posibles sanciones administrativas o penales por su presunta participaron en actos de corrupción, incluidos presidentes municipales como los morenistas Laura Beristain Navarrete en Solidaridad y Otoniel Segovia Martínez en Othón P. Blanco; el priista Juan Carrillo Soberanis en Isla Mujeres y el perredista José Esquivel Vargas en Felipe Carrillo Puerto, de cuyas administraciones se desprenden irregularidades o ilegalidades en el manejo de los recursos públicos.

PERO donde el nerviosismo ha desatado enojos es el municipio de Benito Juárez, único que pasó la prueba de la reelección y donde la alcaldesa de la alianza Morena-PT-Verde, Mara Lezama Espinosa, prometió una reestructuración a fondo de su gabinete para ajustar tuercas en las áreas que registraron fallas y que repercutieron negativamente en su imagen pública. Quien de plano no esperó sorpresas fue el oficial mayor Héctor Contreras Mercader y hace unos días preparó la entrega de su oficina.

Y A QUIEN de plano se le vio molesto e inclusive se le escuchó despotricar contra su jefa fue al síndico municipal Heyden Cebada Rivas porque de a oídas se enteró de que estaba contemplado como secretario general del ayuntamiento, pero resultó que ayer mismo se confirmó el cargo para la actual titular Flor Ruíz Cosío, por cuestión de la equidad de género en el gabinete, según se justificó. “Fui enterado por la propia Flor y por mi esposa (Santy Montemayor Castillo, diputada federal por el Partido Verde) que Mara me tenía contemplado para la secretaría general, pero ella no me lo ha informado directamente”, se quejó todavía hace unos días. 

COMO premio de consolación le prometieron otro cargo ¿Cuál? Eso se sabrá los próximos días en que la alcaldesa reelecta dé a conocer los ajustes en su gabinete. Con la misma incertidumbre se fueron a tratar de conciliar el sueño otros colaboradores cercanos cuyo mal desempeño los tiene en la tablita. En la mira de los rumores están por ejemplo Francisco Carrillo Flores que ha fungido como secretario particular de ornato y Bridget Ortega Aviña, titular de la Dirección de Comunicación Social, con más talento para dirigir una revista especializada en asuntos del corazón (y otras vísceras nobles) que para dirigir una estrategia de comunicación gubernamental.

DONDE también se esperan movimientos telúricos es en la Secretaría Municipal de Ecología y Desarrollo Urbano, por los irreconciliables conflictos de intereses que han asomado entre el titular Armando Lara De Nigris y su subalterno Heyden Cebada Ramírez, quien ha puesto la apetitosa Dirección de Desarrollo Urbano al servicio de su notaría pública y de su empresa Ce.Ro Administración y Construcción del Caribe S.A. de C.V., dedicada a gestionar licencias, permisos y todo tipo de documentos que se requiera para proyectos inmobiliarios. Tanto Heyden papá como Heyden hijo han resultado tóxicos para Mara y también para la Cuarta Transformación cuya esencia es precisamente separar los negocios públicos de los negocios privados. 

PARA cualquier mortal resulta ilógico pensar que dos notarios hayan preferido abandonar su profesión para irse a trabajar como funcionarios públicos en un régimen que pregona la austeridad y en donde los salarios no deben ser mayores a lo que gana el presidente Andrés Manuel López Obrador —cien mil pesos al mes—, en vez de atender su notaría (tan ambicionadas en un destino como Cancún)que les podría generar millonarias entradas ¿Será por una espontánea convicción socialista? ¿O por garantizarse clientes desde el poder? El caso es que si Mara se sacude a este par de vivales no sólo daría los primeros pasos a la credibilidad, sino que demostraría ser más Espinosa que Lezama.

@Nido_DeViboras