Acusan negligencia en tragedia de Tula

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Tula
  • Autoridades municipales fueron alertadas por la CONAGUA tres horas antes del desbordamiento del río en Tula la noche del seis de septiembre.
CÉSAR DANIEL MARTÍNEZ CISNEROS / AGENCIA REFORMA

CIUDAD D MÉXICO.- Tres horas antes de que el agua desbordada del Río Tula comenzara a entrar al hospital del IMSS la noche del 6 de septiembre pasado, las autoridades municipales fueron alertadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre la cantidad de líquido que llegaría a ese municipio hidalguense.

Ni con ese tiempo de antelación se pudo evacuar a los pacientes del área Covid del Hospital Regional de Zona, ubicado en el Centro de Tula, de los que finalmente 15 fallecieron por falta de oxígeno asistido.

Luis Felipe Puente, ex coordinador Nacional de Protección Civil, destacó que con ese tiempo la autoridad federal debió trabajar en conjunto con el nivel municipal para atender la emergencia, pues en esos casos siempre son quienes están más cerca.

“Si tienes un reporte de tres horas de anticipación, lo que tienes que hacer es actuar con la autoridad municipal, inmediatamente agilizar el desalojo, es el punto número uno”, comentó el también ex coordinador general de Protección Civil en el Estado de México.

Un integrante de la Brigada de Rescate Topos contó que en el desgajamiento del cerro del Chiquihuite, registrado el 10 de septiembre, ellos llegaron al lugar apenas una hora después del desastre.

“Regularmente quien no avisa a tiempo son las dependencias del Gobierno, porque dicen ‘no pasa nada’, ‘vamos con tiempo’, ese es el problema”, indicó el brigadista, quien prefirió no hacer público su nombre por no tener autorización para dar declaraciones.

De acuerdo con una cronología de los eventos entregada al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a las 21:05 horas de aquel lunes la Conagua activó el protocolo de operación para desalojar el agua que se acumulaba por las lluvias en el Valle de México.

Cuatro minutos después se le alertó al director de Protección Civil de Tula “con la finalidad de tomar previsiones necesarias y (que) alertaran a la población”.

A las 23:28 horas ya se había desbordado el río Tula, que está a 100 metros del nosocomio.

Casi tres horas después, a las 23:50 horas, el agua comenzó a entrar al área Covid del hospital del IMSS.

El reporte indica que para entonces el caudal en Tula recibió 130 m3/s de agua del río Tautla, 5 m3/s por derrames en la presa Dnaxho y 100 m3/s de la presa Requena.

A la medianoche, los emisores Central y Oriente del Valle de México descargaron 150 m3/s y el río Salto otros 28 m3/s; todo llegó al Río Tula.

La primera llamada al 911 por parte del personal del IMSS fue a las 00:30 horas del día siguiente, y alertó sobre los pacientes que necesitaban oxígeno, y una hora más tarde se volvió a marcar.

A la 1:58 el hospital quedó sin luz, a las 2:30 el agua alcanzaba 3 metros de altura en el área Covid y a las 3:10 se interrumpió la telefonía fija y celular.

Hacia las 3:00, el Gobernador priista Omar Fayad informó sobre la movilización de unidades de emergencia, mientras que la Coordinación Nacional de Protección Civil hizo lo propio a las 3:30.

El documento entregado a López Obrador reconoce que la primera persona en llegar al hospital fue Catalina García, una señora que salió de Tepeji del Río cuando se enteró de la inundación, para llevarle un concentrador de oxígeno a su esposo, José Manuel Hernández Gante.

Ella llegó a las 4:30 horas, según el reporte, pero por falta de energía eléctrica no se pudo conectar el aparato que llevó y su esposo falleció.

En entrevista con Grupo REFORMA, después de los hechos, la mujer cuestionó por qué si ella pudo llegar por sus propios medios desde Tepeji, a una distancia de 19 kilómetros, las autoridades no trasladaron a los pacientes del hospital.

“No les quisieron ayudar, los dejaron morir ahí, nadie hizo nada”, reprochó el 8 de septiembre, afuera de la funeraria donde le entregaron el cuerpo de su esposo.

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