Feminicidios y la tenacidad de Irinea Buendía
Por Haidé Serrano
Irinea Buendía es la madre de Mariana Lima Buendía, quien emprendió una lucha para lograr la justicia en el caso del feminicidio de su hija, que las autoridades habían juzgado como un suicidio.
Irinea Buendía se enfrentó a la impunidad, indolencia y falta de ética profesional con perspectiva de género de las autoridades, entre muchos otros factores, al exigir que se revisara el caso del asesinato de su hija a manos de quien era su esposo, el policía judicial Julio César Ballinas.
La madre de Mariana Lima Buendía relata cómo comenzó su calvario al buscar que se revisara el caso de su hija.
Mariana era estudiante de la licenciatura de Derecho en la UNAM, cuando conoció a su asesino. Acudió a la Procuraduría de Justicia del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, a realizar su servicio social; y allí fue donde conoció a Julio César Ballinas.
Su madre relata que se los presentó, a ella y a su padre, cuando ya tenían una relación. Se casaron y poco tiempo después comenzó la violencia constante.
Cuando Mariana se decidió a dejarlo, él la asesinó. Su madre encontró las maletas listas en la puerta. Estaba por irse. Él ya la había amenazado con matarla anteriormente y había indicios de violencia. Él mintió que ella se había suicidado. Según, se había colgado de una armella endeble con un hilo macramé. Irinea Buendía sabía que él la había matado. Y las autoridades no investigaron conforme a la perspectiva de género y sentenciaron que fue un suicidio.
Allí fue cuando Irinea Buendía, quien hasta ese momento confiaba en las autoridades, se dio cuenta que no le harían justicia a su hija, ni a ella ni a su familia. Relata que a pesar del dolor que sentía, su rabia por la injusticia era mayor.
Entonces se convirtió en estudiante de derecho, autodidacta. Leía los libros que su hija había dejado. Se compró muchos más, para poder convencer a las autoridades de que su hija había sido asesinada.
Así se convirtió en una luchadora de los derechos humanos. Una mujer que con su rabia por la injusticia ha contribuido a que los crímenes violentos de mujeres se investiguen con perspectiva de género.
Irinea Buendía refiere cómo su hija no llegó a litigar como abogada, y que lo que mínimamente merecía era justicia, una que alcanzara también para las miles de mujeres que sufren violencia y son asesinadas por hombres. Los feminicidios que ella califica como una emergencia nacional, como consecuencia de que las autoridades no están haciendo lo que les correspondería.
El doloroso testimonio de una madre cuya hija fue asesinada es desafortunadamente el caso de al menos 10 mujeres asesinadas todos los días en México por cuestiones de género. La mayoría de los feminicidios no son esclarecidos, no hay justicia ni para ellas ni para sus familias, que también se convierten en víctimas de este delito.
La falta de perspectiva de género de quienes procuran e imparten justicia sigue impactando, pues según cifras oficiales solo tres de cada 100 feminicidios son esclarecidos. Si bien, son muchas las razones por las cuales no se aclaran, sabemos que las fiscalías, procuradurías, instituciones, están compuestas por personas que aún no hacen la transición a una visión donde las mujeres son sujetas de derechos, donde no son vistas como cosas, así como personas de segunda categoría; mujeres que no se buscaron la muerte “por su manera de vestir” o por no haberse ido a tiempo de la casa que compartía con el agresor, que además es “el amor de su vida”.
El caso de Mariana Lima Buendía marcó un antes y un después en México, porque hoy todas las autoridades están obligadas a investigar los crímenes violentos en contra de mujeres con perspectiva de género.
Aquí puedes ver el video “Feminicidio – La incansable Irinea Buendía” https://www.youtube.com/watch?v=oVQxaFkA3cM
@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Está dedicada a la comunicación sobre feminismo, perspectiva de género, desigualdad y violencia. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, entre los que destacan Reforma y Excélsior. Ahora columnista de Luces del Siglo. Es licenciada en Comunicación por la UNAM, maestrante en Administración Pública; en Género, Derecho y Proceso Penal.