- Con una porción crucial de trigo, maíz y cebada del mundo atrapada en Rusia y Ucrania a raíz de la guerra, la ONU ha alertado que, aún sin recuperarse de los efectos de la pandemia, millones de personas más podrían enfrentar hambre.
STAFF / AGENCIA REFORMA
MOSCÚ, RUSIA.- El presidente de la Unión Africana y de Senegal, Macky Sall, pidió al mandatario ruso, Vladimir Putin, que “tome conciencia” de que los países africanos son “víctima” del conflicto en Ucrania, amenazados por una posible crisis alimentaria mundial cuando se cumplen 100 días de la guerra.
“He venido para pedirle que tome conciencia de que nuestros países son víctimas económicas de estas crisis”, declaró Sall en Sochi (Rusia), al inicio de una reunión conjunta.
Tanto Rusia como Ucrania son los principales exportadores de cereales a nivel global, por lo que la guerra ha puesto en relieve el riesgo de un “huracán de hambrunas” en África y Asia, según ha alertado Naciones Unidas.
Las existencias mundiales de alimentos ya eran bajas antes de la invasión, y el conflicto bélico en Ucrania ha empeorado el déficit, con Moscú bloqueando los puertos de Kiev en el Mar Negro, una gran parte de las zonas agrícolas destruidas, y una serie de sanciones a Rusia que han limitado las exportaciones a los países que dependen de las mismas.
Los países africanos importan más del 40 por ciento de su trigo de Rusia y Ucrania, por lo que, además de la escasez actual, enfrentan un fuerte aumento en los precios de los alimentos.
La ONU ya ha dicho que esos costes en todo el mundo son un 23 por ciento más altos que hace un año.
Sall le dijo a Putin que los Estados de África sufren las consecuencias de la ofensiva rusa en Ucrania a pesar de que “la mayoría de los países africanos evitaron condenar a Rusia” en las dos votaciones en la ONU.
Al mismo tiempo, el jefe de la Unión Africana explicó que la tensión alimentaria provocada por el conflicto se vio agravada por las sanciones de las potencias occidentales que afectan a la cadena logística, comercial y financiera de Rusia.
Según Sall, estas provocaron que el continente “no tenga acceso a los cereales que vienen de Rusia, ni a sus fertilizantes”, ante lo que exhortó a los líderes occidentales que dejen “fuera de las sanciones” al sector alimentario.
Putin, por su parte, rechazó ser el responsable de la crisis, al culpar a EU y sus aliados de la OTAN.
Asimismo, en declaraciones a medios locales, repitió las ofertas de su gobierno de ofrecer paso seguro a los buques que exportan granos desde Ucrania si se retiran las minas de las aguas, e insinuó que los traslados pudieran hacerse desde el puerto ucraniano de Berdyansk (bajo ocupación rusa) u otros países, como Bielorrusia.
Funcionarios de la ONU advirtieron que si la guerra se prolonga, la escasez de trigo y otros cereales podría afectar a mil 400 millones de personas, provocando hambre y acelerando la inflación.
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