NIDO DE VÍBORAS

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NIDO PRESIDENTE TRIBUNAL

Por KUKULKÁN

EL TRIUNFO de Mara Lezama Espinosa ha despertado la codicia al interior del Poder Judicial del Estado cuyo pleno deberá elegir a su nuevo presidente en agosto próximo y la batalla se ha centrado entre los magistrados Carlos Lima Carvajal y Heyden Cebada Rivas quienes, por separado, pregonan que cuentan con la bendición y el apoyo de la gobernadora electa para ocupar el cargo.

LOS MÉRITOS que cada uno esgrime para sentirse merecedor a presidir el pleno del Tribunal Superior de Justicia no tienen nada que ver con una impecable trayectoria dentro de la carrera judicial, como mandata la propia Constitución Política del Estado de Quintana Roo, sino con la relación de ‘gran’ amistad que cada uno dice conservar con la gobernadora electa, o inclusive por los viejos favores que ella supuestamente les debe por servicios de asesoría jurídica.

EN ESTE duelo de vanidades, el magistrado Carlos Lima —operador de Roberto Borge en los desfalcos inmobiliarios que hoy lo tienen en la cárcel—, se ha dedicado a fanfarronear dentro y fuera del Poder Judicial con la versión de que fue él quien limpió el camino de la justicia electoral para que Mara Lezama tuviera el camino libre para reelegirse como alcaldesa de Benito Juárez en 2021.

POR ESA ‘labor’ se siente con más merecimiento que su compañero de pleno, el recién iniciado en la carrera judicial Heyden Cebada, quien de notario pasó a ser síndico municipal en Benito Juárez, de ahí brincó a ser magistrado a inicios de este año y ahora en una meteórica carrera de cuatro meses aspira a ocupar la silla presidencial del poder judicial nada más por la relación de amistad que presume tener con Mara Lezama.

LO ÚNICO que les falta a ambos suspirantes es lograr convencer a la mayoría de sus compañeros de pleno para que voten por ellos, lo cual tampoco será tarea sencilla puesto que existen mejores perfiles para tal desempeñó —esos sí con probada carrera judicial—, quienes con justa razón no están de acuerdo en dejar la presidencia en manos de dos improvisados que, es más que evidente, no llegaron al cargo por su desempeñó sino por recomendación.

AUNQUE ambos magistrados ‘amigos’ y ‘benefactores’ de la gobernadora electa ya se sienten con la presidencia en la bolsa, la elección será en agosto —un mes antes de que Mara Lezama asuma el mandato de forma constitucional— y todavía no hay acuerdos entre los doce magistrados con derecho a voto ni se ve que el todavía gobernador Carlos Joaquín pueda tener injerencia en la decisión.

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COMO ocurre con todo nuevo gobierno, Mara Lezama Espinosa deberá legitimar su triunfo con acciones contundentes que confirmen día a día su compromiso con la transformación y el progreso de Quintana Roo, y una de sus primeros retos será incluir en su equipo de trabajo a las mujeres y hombres más experimentados, profesionales, talentosos, honestos, con arraigo y amor por la entidad, que los hay de sobra en la iniciativa privada local y la academia.

LA MÁXIMA de la 4T de que ‘el pueblo pone y el pueblo quita’, se debe aplicar a la brevedad escuchando a los diversos sectores que en campaña le advirtieron a Mara Lezama tener escrupuloso cuidado al integrar su gabinete y evitar designaciones por la vía del amiguismo y el compadrazgo que no le resuelven nada a la población y sí, en cambio, representan una carga social.