- El número de hogares con una mujer a cargo aumentó 65 por ciento en la década pasada.
VERÓNICA GASCÓN / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El número de hogares con una mujer a cargo aumentó 65 por ciento en la década pasada.
Datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020, advierten que en el periodo mencionado, los hogares con jefatura femenina pasaron de 6 millones 916 mil 206 a 11 millones 474 mil 983.
En tanto que los hogares con jefatura masculina pasaron de 21 millones 243 mil 167 a 23 millones 744 mil 158. Lo que significa un crecimiento de 11.7 por ciento.
Hay varios factores que explican este incremento, uno es que los divorcios se triplicaron entre los años 2000 y 2019, según Fátima Masse, experta del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
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Pero otro motivo tiene que ver con la valorización de las mujeres y se definen como jefas del hogar cuando se les aplica la encuesta.
“Tiene que ver con la valorización de las mujeres, porque la jefatura del hogar la determina cada persona con la encuesta, no es un factor dado solo por el nivel de ingresos o el único adulto dentro del hogar, sino lo define cada familia o cada hogar una vez que llegan a hacer la encuesta”, afirmó.
Detalló que 66 por ciento de la mujeres jefas de hogares son empleadas, al tener un trabajo remunerado; otro 29 por ciento trabaja por cuenta propia; 4 por ciento son empleadoras y uno por ciento labora sin pago, es decir, aquellas que trabajan en algún negocio familiar donde no tiene un sueldo formal.
Las jefas de familia se ubican en los rangos salariales más bajos. De acuerdo con la encuesta, ya que 49 por ciento de los hogares dirigidos por mujeres están por debajo de los tres salarios mínimos.
Es por ello que las transferencias de dinero provenientes de programas sociales o remesas representan una buena proporción de su ingreso corriente trimestral (23 por ciento), a diferencia de los hogares con jefatura masculina, donde representan 15 por ciento del ingreso.
Muchas mujeres recurren a emprendimientos de carácter informal para poder obtener recursos. De hecho, la tasa de informalidad es más alta en las mujeres (54.4 por ciento), a diferencia de los hombres (49.7 por ciento), según la ENOE.
Los rubros de la economía en donde las mujeres participan son servicio, comercio y turismo y fueron las primeras que fueron declaradas como no esenciales durante la pandemia y eso colocó en una situación más difícil a las mujeres, aseguró Sonia Garza, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE).
“Si no tenemos un ecosistema amigable, nosotras nos vamos a la informalidad, porque tenemos que sacar adelante a las familias, esta informalidad creció mucho por la pandemia. Por ello surgió la “economía neni” las nuevas emprendedoras de negocios por internet, que generan 9.5 millones de pesos diarios y 13 millones de familias depende de ello. Nos obligaron a irnos a la informalidad eso genera muchas desventajas para las mujeres”, comentó.
Añadió que la informalidad significa bajos sueldos, carecer de prestaciones, además que las mujeres en esta situación no pueden ser competitivas, ni pueden ser agregadas a las cadenas de valor o suministro.
Abundó en que el fenómeno de las ventas por internet se multiplicó en las redes sociales y ahora son miles de mujeres que participan en la economía informal.
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