Trabajan con internos para una mejor reintegración

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Trabajan con internos para una mejor reintegración
  • Están enfocados en la salud mental, bienestar y educación en grupos vulnerables para tener una pronta reintegración a la sociedad.
OMAR ROMERO

CANCÚN, Q. ROO.- A través de talleres, pláticas y demás actividades, la asociación civil “Aprender a Desaprender”, busca dar las herramientas a las personas privadas de la libertad en Quintana Roo, para que una vez que cumplan con su sanción las pongan en práctica y conozcan que hay otras formas de llevar a cabo su vida.

Pedro Pablo Carrillo Rodríguez, presidente de esta asociación civil dijo que están enfocados en la salud mental, bienestar y educación en grupos vulnerables, y uno de ellos son las personas que están en los centros penitenciarios.

En este caso vienen trabajando con las personas que se encuentran en los Centros de Reinserción Social de Cozumel y Chetumal, así como en el Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes, y en breve estarán arrancando acciones en el Centro de Retención municipal de Solidaridad, ya que pretender generar un cambio y ayudar en su reintegración a la sociedad.

“En educación, pero no en cuestión académica, tenemos que aprender a desaprender ciertas ideas, conductas que a lo largo de nuestra vida se nos han presentado, ‘que los hombres no deben llorar y no tienen sentimientos’, ‘que las mujeres sólo son objetos para la casa’, y eso trabajamos con las personas privadas de la libertad”.

En la cuestión de la salud mental lo que se pretende es que ellos tengan un mejor proceso psicológico y también los capacitan a través de talleres, ponencias y pláticas, y cada grupo que se conforma en los centros penitenciarios están en estas actividades por un periodo de tres años, es decir, se divide por semestres.

El programa de reinserción social que manejan abarca tres años, en los primeros cuatro semestres son cuestiones de educación, de salud mental, derecho, de habilidades para la vida, talleres, ponencias.

Mientras que el último año, es decir, los dos últimos semestres se le llama proyecto de vida, con la intención de que pongan en práctica lo que han aprendido ya sea en internamiento o cuando termine su sanción privativa de la libertad.

“Algo importante de trabajar con las personas privadas de su libertad es que tarde o temprano van a salir, ¿y cómo queremos que salga?, queremos que sean personas que pueden hacer las cosas de otra manera, existen otras maneras de hacer las cosas, de alguna manera que les implique bienestar y no conflictos con la ley”.

Carrillo Rodríguez abundó que el semestre lo concluyeron con 80 hombres privados de la libertad, 15 mujeres del Cereso de Chetumal que decidieron estar trabajando en los talleres y 30 adolescentes en conflicto con la ley, por lo que gracias al éxito que han notado esperan que los números aumenten.

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