NIDO DE VÍBORAS

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NIDO MARYBEL

Por KUKULKÁN

AHORA sí que a Marybel Villegas Canché le iba mejor cuando estaba peor. Durante los gobiernos de Félix González Canto y Roberto Borge Angulo era de las consentidas y la premiaron con graduarse como diputada en las legislaturas XI y XIV, obvio con el re$paldo oficial que esta agotadora profesión requiere. Bajo las siglas del PRD en 2005, ocupó el escaño del Distrito 12 de Cancún en el Congreso. Tres años después, en 2008 se afilió al PAN, participó y perdió la elección de diputada federales en 2009, cuatro años después regresó como legisladora local, pero postulada por el PRI y cuando volvió a aspirar por la libre a la presidencia municipal de Benito Juárez en 2016, mediante acoso y violencia, fue obligada a claudicar.

TUVO un golpe de suerte en 2018. Con la ola del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, regresó como candidata de Morena y logró conquistar la senaduría con una histórica votación de 427 mil 700 (en junio pasado la actual gobernadora Mara Lezama Espinosa apenas logró 309 mil 931). Llegó y se perdió. Los rumores de que podía ser gobernadora le endulzaron el oído y en su afán por conquistar el cargo convirtió el escaño del senado, así como su estrecha relación con Ricardo Monreal Ávila, como trinchera política y derecho de corso para emprender una infructuosa guerra de desprestigio mediático en contra de su principal adversario político, el gobernador Carlos Joaquín González.

ENTORILADA con el mandatario quintanarroense desde 2009 que le ganó la diputación federal, mareada por el falso mito de la influencia de Monreal con el presidente, a Marybel Villegas se le hizo fácil acusar a Carlos Joaquín de pretender imponer a Mara Lezama como su sucesora cuando la realidad era que el principal impulsor de la candidatura de la ahora gobernadora fue el propio presidente Andrés Manuel López Obrador. Con el odio incontrolable, la yucateca parecía contradecir cada que el mandatario federal respondía en sus mañaneras, en el sentido de que consideraba como un demócrata al gobernador quintanarroense, ‘no metió las manos en los procesos electorales’.

DESDE el escaño en el senado Marybel Villegas pretendió descarrilar a Mara Lezama en la presidencia municipal de Benito Juárez, sin entender que se trataba de una posición previamente negociada entre el presidente y Jorge Emilio González Martínez ‘El Niño Muerde’. Engallada por la derrota, se dispuso a buscar la candidatura a la gubernatura sin seguir entendiendo, o sí, que también ya estaba pactada. Con el amague de que competiría por otro partido, logró una fantasiosa negociación en la que intervino el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y donde supuestamente se le ofreció cumplirle su anhelado sueño de convertirse en la próxima presidenta municipal de Benito Juárez en 2024, así como la presidencia de la Junta de Gobierno de Coordinación Política al arrancar la XVII Legislatura que el pasado sábado 3 de septiembre arrancó en funciones. No ocurrió así.

LOS VERDES le aguaron la fiesta al imponerse mayoritariamente para controlar la presidencia de la Junta de Gobierno de Coordinación Política (Jugocopo) durante el primer año, misma que supuestamente le habían prometido a Marybel Villegas en los acuerdos de Gobernación. Minutos antes del pase de lista oficial de los nuevos diputados en la primera sesión, Marybel Villegas lanzó un mensaje inesperado desde sus redes sociales: informó a los quintanarroenses que no tomaré protesta como diputada local pues estoy valorando una invitación al gabinete del nuevo Gobierno de Quintana Roo. Los mantendré informados.

AUNQUE no se sabe todavía qué taaaaaan importante cargo del gabinete de Mara Lezama le puedan dar a Marybel Villegas (después de gobernadora no hay otro cargo más importante, a menos que se cree el de gobernadora adjuntita), los resultados de toda una épica batalla por convertirse en gobernadora se redujeron a la conquista de una secretaría estatal ¿Cuaaaál? Cualquiera que sea, es mucho menos que nada. Mara Lezama gana nuevamente la batalla, pero carga a cuestas a una serpiente viperina cuya cercanía despierta celos en los verdes y en colaboradores cercanos a la nueva gobernadora quienes siempre rechazaron los acuerdos electorales con Marybel.

EN ÉPOCAS de vacas flacas, de tropiezos electorales, acusada de chapulina por saltar de un partido a otro (aunque eso no importa después de la mezcolanza de ideologías, de izquierdas con derechas, entre los partidos políticos), Marybel Villegas nunca ha quedado descobijada del poder. Como premio de consolación tras su derrota como candidata del PAN a diputada federal, fue delegada federal de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y posteriormente delegada de la Secretaría de Desarrollo Social (también como premio de consolación de Roberto Borge por hacerla desistir por segunda ocasión de sus aspiraciones de alcaldesa).

AHORA la negociación con Mara Lezama de un cargo en el gabinete, más que un premio pareciera un castigo, lo que hace suponer que el famoso acuerdo en Gobernación sólo fue otra de sus fantasías publicitarias. Iba a ser candidata a presidenta municipal, no fue; se metió a la carrera por la candidatura de Morena, perdió la encuesta; anunció con bombo y platillo que sería la presidenta de la Comisión del Senado, la volvieron a chamaquear; y para cerrar con broche de oro, el fin de semana le impidieron tomar el control de Congreso prefiriendo mejor no tomar posesión. Las reacciones en redes no se hicieron esperar y el ingenio digital la bautizó como Lady Ya merito.

@Nido_DeViboras