La batalla de las ideas y el poder mediático

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La batalla de las ideas y el poder mediático
Por SALVADOR RAMOS BUSTAMANTE

En México y en el mundo los medios masivos de comunicación participan en las disputas políticas.

El poder mediático es una industria en manos de una minoría de privilegiados, es utilizada para deformar la realidad de acuerdo a los intereses de las minorías de los grandes intereses económicos.

El gobierno norteamericano dedica cuantiosas inversiones en difundir su pensamiento imperialista y lo mismo hacen otros países, incluso con ideologías contrarias.

En América latina junto a los grupos de la derecha están televisoras, radios y periódicos combatiendo a los grupos progresistas que avanzan democráticamente y conquistan el poder público.

Las benditas redes sociales se multiplican con mucho ingenio, poco dinero y se sostienen con aportaciones del público. Programas independientes y algunos medios de profesionales ganan terreno y compiten con mucho éxito.

AMLO con las conferencias mañaneras les arrebató a medios y periodistas corruptos, micrófonos, cámaras y las noticias e informes de su administración en un ejercicio único en el mundo.

Responde a periodistas: preguntas, cuestionamientos, explicaciones, visión del ejecutivo, sobre cualquier tema de interés público, informa semanalmente de las obras en ejecución, el programa de salud, la acción gubernamental en la seguridad pública, los programas sociales y sobre hechos nacionales e internacionales.

La comunicación circular, de preguntas y respuestas es un ejercicio democrático, extraordinario que contribuye a combatir las campañas mediáticas y aclarar cualquier situación.

Les bajó el subsidio y eliminó los negocios realizados a la sombra del periodismo de dueños y periodistas estrellas, enriquecidos con sus favores de no publicar y de favorecer a sus protectores desde el poder.

AMLO, respetuoso de la libertad de expresión, exageradamente prudente debate con sus adversarios y los medios que inventan mentiras o las sacan de contexto o repiten estrategias difundidas con robots, se desgastan y van perdiendo credibilidad a gran velocidad.

Hoy tenemos un pueblo mejor enterado interesado en todos los temas.

Falta que gobernadores y presidentes municipales, legislaturas locales y nacionales, así como el poder judicial realicen periódicamente ejercicios similares. Quizá hay que reformar las leyes correspondientes para obligarlos a informar y debatir los temas correspondientes a sus responsabilidades.