Censuran biólogos proyecto del Parque Nacional del Jaguar

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Censuran biólogos proyecto del Parque Nacional del Jaguar
  • Expertos ambientales consideran exagerado gastar $1,000 millones para cercar el Parque Nacional del Jaguar, en Tulum.
DALILA ESCOBAR

TULUM, Q. ROO.- Expertos en medio ambiente reprueban el proyecto del gobierno federal Parque Nacional del Jaguar, en Tulum, porque afirman que es una burla que no responderá a las necesidades de esta especie, principalmente en su reproducción.

En enero de este año, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó la conservación del Parque Nacional del Jaguar, las instancias federales apuntaron que se contemplaba “definir una nueva área natural protegida que podría ser considerada reserva de la biósfera de más de 250 mil hectáreas para la preservación del jaguar y más especies vivas de la región”.

Al final, el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 27 de julio de 2022, por el que “se declara área natural protegida con el carácter de área de protección de flora y fauna, la región conocida como Jaguar, en el municipio de Tulum en Quintana Roo”, el gobierno únicamente contempló 2 mil 249 hectáreas.

El biólogo Roberto Rojo indica que el jaguar requiere hasta 380 kilómetros de terreno durante su época de reproducción, lejos de los 22.49 kilómetros cuadrados que propuso el gobierno federal para la preservación de esta especie.

“Evidentemente no es un área que quiera proteger al jaguar, aunque así lo diga en su documento, será imposible proteger de alguna forma al jaguar desde esa área tan pequeña, es un área chiquita de conservación.

“Una parte está bien conservada, pero otra está ya deteriorada y se van a gastar mil millones de pesos en cercarlo, lo cual también me parece una locura”, manifestó el biólogo en entrevista con Luces del Siglo.

Agregó que “de jaguar sólo va a tener el nombre”.

“Lo que me preocupa mucho es que con ese nombre se engaña a la gente, porque si tú dices Parque Nacional del Jaguar, las personas se van a imaginar una extensión enorme para preservar a la especie, y eso es totalmente incorrecto, para mí es propaganda falsa, es como le llama la Profeco ‘publicidad engañosa’ y la gente creerá que con la creación de este lugar se justifica la tala de la selva”.

Rojo comparó la necesidad de espacio de un jaguar con ejemplos de territorio en la Ciudad de México, lo que debería tener una extensión más grande que la Alcaldía de Coyoacán de 54 kilómetros cuadrados e incluso 100 km cuadrados más que la Alcaldía Milpa Alta, que tiene 228 kilómetros cuadrados, y es una de las más grande de la Ciudad de México.

El experto hizo un análisis de “¿Por qué el Parque Nacional del Jaguar es una burla a la conservación?”. Explicó que, de acuerdo con el “Estudio previo justificativo para el establecimiento del Área natural protegida”, publicado en mayo de 2022, se concluye que por su extensión el Parque estaría en la posición número 135 de las 185 en el país.

La superficie es de 22.49 kilómetros cuadrados (es decir 2 mil 249 hectáreas), pero el Área Natural Protegida está dividida en dos, es decir que no es continua, son dos terrenos diferentes y sin conexión.

Detalló que no tiene lógica con respecto a las necesidades de los jaguares, ni lógica a nivel conservación. Y un ejemplo es que el Polígono 2 equivale a poco menos de la zona arbolada del bosque de Chapultepec que es de 275 kilómetros.

El jaguar es la única especie de los ‘grandes gatos’ en el continente americano. En México se considera en peligro de extensión, según la NOM 059. Está amenazado principalmente por la pérdida de su hábitat, la fragmentación del mismo, la caza furtiva para el comercio de sus partes del cuerpo y las matanzas en situaciones de conflicto entre las personas y la vida silvestre, especialmente con los ganaderos de América Central y del Sur.

Agregó que “el Tren Maya tendrá un efecto de aislamiento de las poblaciones de jaguar. La vía fragmentará gravemente el hábitat de la especie, incluso en áreas bien conservadas como el norte de Quintana Roo, la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an y el área de la Reserva de la Biósfera de Calakmul”, indicó.

Las razones que da el biólogo es que no puede haber una zona de amortiguamiento separada 11.5 kilómetros de la zona núcleo, pues debe estar rodeada de dicha zona para el funcionamiento favorable para un efecto borde a las actividades humanas, es por esa razón que la reserva no tiene protección alrededor y está expuesta a cacería, desarrollos inmobiliarios y al ruido, entre otros efectos.

El área de reserva, expuso, “no puede soportar una población de jaguares, es más en teoría no podría contener de manera correcta ni siquiera un individuo macho de la especie Panthera onca”, además de que “el área se encuentra peligrosamente cerca de centros urbanos y carreteras”.

Un quinto punto es que “el Polígono 2, el área de amortiguamiento además de ser ridículamente pequeña para los jaguares, se encuentra dividida por la mitad debido a una brecha existente, es decir, que ni siquiera es vegetación original, es vegetación secundaria”.

Pese a estos señalamientos el proyecto del gobierno federal sigue en pie y todavía hace menos de una semana, el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, informó que desde Tulum hacen recorridos técnicos que, dijo, consisten en entender cómo estaban conformada esta zona arqueológica en el año 1200 a.C. y todos los elementos que se tienen en el parque nacional y en la zona maya.

“Algo muy importante que queremos dar a entender como un proceso histórico, pero también de preservación medioambiental de la zona, son estos recorridos originales que consistían en la cultura maya, va a ser parte elemental del parque nacional de jaguar, para disfrute, goce y preservación ambiental de esta zona”, concluyó.

En el análisis del biólogo Roberto Rojo indicó que “el discurso oficial es muy peligroso, pues la población se queda al final con la impresión de que se están realizando grandes esfuerzos para la conservación de los ecosistemas, cuando la realidad es otra.

“Es más, para mí, decir que habrá un área de conservación del jaguar, me deja pensando que entonces ahora el resto de su distribución natural, corredores, accesos al agua, disponibilidad de presas y de pareja, así como el establecimiento de nuevos territorios queda sin protección y merced del desarrollo que está en ciernes”.

Son estas razones por las que concluye que “el Parque Nacional del Jaguar es una falta de respeto y una burla para la sociedad mexicana, así como para los esfuerzos de internacionales de conservación”.

De acuerdo con el “Estudio previo justificativo para el establecimiento del Área Natural Protegida. Área de protección de flora y fauna Jaguar en Quintana Roo”, la entidad “contiene un mosaico de selvas húmedas, en este caso con varios patrones estructurales y de biodiversidad que reúnen especies de las regiones Neártica y Neotropical.

El proyecto expone que con el ANP se “promoverá la protección y conservación de los hábitats de cuyo equilibrio y preservación son fundamentales para la existencia de más de 960 especies de flora y fauna nativa de las selvas tropicales y de los humedales, y de 90 especies en alguna categoría de riesgo, entre las que destaca por su importancia biológica y cultural el jaguar, símbolo sagrado de las culturas mesoamericanas”.

Sin embargo, por poner un ejemplo, Rojo expone que en 2018 Quintana Roo, perdió el equivalente a lo que se había perdido en 40 años de cobertura de coral.

A este análisis del biólogo, se suman otras voces de activistas que consideran que este proyecto del presidente López Obrador no es ideal para la preservación del jaguar.

La activista Beatriz Barreal Danel consideró que “un jaguar necesita un espacio donde pueda tener sus dominios para tomar agua, para reproducirse, para dormir, para alimentarse y ese a sus hijos le va a enseñar sobre los mismos territorios, cuando primera generación pierde los territorios donde poder alimentarse, tomar agua, donde poder dormir, descansar, donde poder hacer familia, criar a los hijos, la genética se interrumpe si le quitas el cenote donde va a tomar agua, o donde la cueva donde iban a descansar, o el espacio donde cuidaban a las familias”. 

El proyecto continúa y desde que se anunció e impulsó, es la propia Secretaría de Turismo la que fomenta la preservación de la riqueza natural, la flora y la fauna.

“Es un proyecto ecológico para cuidar la riqueza natural e histórica de la Riviera Maya y preservar a los jaguares que habitan en la Península de Yucatán”, indica.

Incluso reconoce que “durante las últimas cuatro décadas el crecimiento urbano desordenado de Tulum ha representado una amenaza directa para la flora y la fauna de la región, debido a la compra-venta ilegal de terrenos, como cambios de uso de suelo sin autorización, la mancha urbana fue ocupando superficie de la selva”.

Con estos datos, el proyecto del Tren Maya también avanza con el objetivo de que concluya en diciembre de 2023.