POR JOSÉ LUIS CARRILLO RAMOS
Nadie tiene duda que, por primera vez; la elección en Coahuila de Zaragoza es un tema de tres. Nadie tiene duda que, por primera vez, la elección en Coahuila de Zaragoza se ha convertido en un tema nacional. Nadie tiene duda que, por primera vez, la elección en Coahuila de Zaragoza representa una potencial amenaza para el método de elección de candidatos de la Cuarta Transformación.
Como dijera el británico célebre ‘Jack El Destripador’, vamos por partes. En las fiestas de cumpleaños de los expertos en matemáticas siempre aparece este chiste:
“Al partir el pastel en tres partes, es un hecho que cada pedazo representa el 33.33 por ciento de producto, ahora; cuando las volvemos a unir, solamente sumarán el 99.999999999, de manera infinita, entonces en ¿dónde queda esa fracción restante para que sea de nuevo el 100 por ciento?
Y estos “nerds” antes de partir el pastel al unísono gritan:
¡En la embarrada del cuchillo!
Es interesante que, a raíz de la candidatura de Mejía en el PT, el tema Coahuila haya escalado a los medios nacionales, ahora pareciera que el Estado de México se queda rezagado, por lo que pueda suceder en el norte:
¡Poner en entredicho el hasta ahora todo poderoso método de elección de Candidatos en Morena, vía las famosas encuestas!
Recuerdo que, en mi adolescencia, cuando se gestaba el “gusanito” del periodismo y mientras editábamos el Periódico Acontecimientos en la preparatoria federal por cooperación en la colonia Jacarandas, en Torreón; al tocar el tema de la gubernatura, sabíamos que el “Diablo” de las fuentes, sería gobernador, sin importar que hubiera sido “dedeado” desde la Ciudad de México.
Vaya, nadie dudaba que el PRI sería el ganón; sin embargo, los tiempos cambian, si no, es cosa de preguntarle a Shakira y a Piqué.
Es un hecho, aunque algunos de mis lectores discrepen y se pregunten de cuál fumé, o de donde me sale tanta “sabiduría”, pero es la primera vez que la elección de Coahuila se ha convertido en un triángulo.
Y como en cualquier triángulo y más en aquellos en los que hubo fuego y que por lógica cenizas quedan, ganará el que sepa aprovechar el balón suelto que representa la aparición, hasta hace algunas semanas descartada del exsubsecretario mismo que acompañó a Andrés Manuel López, en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando en aquel 2006 se declaró “presidente legítimo” .
“No me dijo ni adiós, solamente me mandó un papel” dijo hace unos días en ‘la Mañanera’ el presidente; para “despedir” al Coahuilense, cual si fuera una estrofa de alguna canción de Paquita La del Barrio.
Para recibir una “facebokera” respuesta del exfuncionario: “No es un adiós, sino un hasta luego”, y luego arremeter con todo lo que representa morena en el país y particularmente Coahuila.
Aunque muchos sigan dudando de la cercanía que los medios de comunicación serios mantienen con la ciudadanía real y no virtual; la aparición constante de Mejía los jueves en La Mañanera le dio resultados, solamente le faltó tiempo.
¿Quién podrá descartar que aquellos berrinches hechos por el lagunero, son meramente una estrategia política, cuyo único objetivo es derrotar a Va por México en el norte de México?
No nos confundamos, el pleito de Mejía ni siquiera es con Morena y menos con el presidente, es sencillamente con la dirigencia nacional.
Después de todo, en el vecino estado de San Luis Potosí gobierna el PT, y en ese mismo lugar el presidente tuvo dos candidatos.
Mejía empieza a traer una narrativa revolucionaria en tierras revolucionarias. Muchos políticos siguen sin entender lo que la gente quiere y espera escuchar y NO lo que el aspirante a gobernante quiera o le interesa decir.
Y además, trae en el “morral” información suficiente para garantizar que el proceso electoral de aquí a junio, estará más divertido que los “martes del jaguar” de Layda Sansores en Campeche.
Por eso, esas versiones que circulan entre los famosos ‘oraculeros’, que aclaro, son los que se dedican a interpretar el oráculo, cual sabios griegos; mismas que aseguran que la llegada de Mejía es para beneficiar a Va por México, suena un tanto inexacta.
¿Cuál de los tres candidatos se quedará, como lo qué escribí párrafos antes, con los votos “embarrados en el cuchillo” y obtendrá la mayoría de una minoría, pero que será suficiente para ser el próximo gobernador en la tierra de grandes revolucionarios?
Pa’l baile vamos.
