POR JOSÉ LUIS CARRILLO RAMOS
Tal parece que Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo, no ha tenido y menos disfrutado la famosa “luna de miel” que los políticos gozan al iniciar sus mandatos.
Vaya que la morenista y primera mujer gobernadora de esa entidad del sureste mexicano, recibió una “herencia maldita” de su antecesor, Carlos Joaquín González.
Mientras que a la exalcaldesa de Benito Juárez (Cancún), le explotan crisis un día sí y otro también, el priista que ganó la gubernatura “rentando” las siglas del PAN y PRD, se dedica a pasear por los lugares más exclusivos del mundo y a terminar de aprender el francés; mientras se “estaciona” en un lujoso departamento en Ottawa, Canadá.
Recién llegada al cargo, la gobernadora de Quintana Roo fue “bautizada” con un bloqueo en plena Zona Hotelera, por familiares de víctimas desaparecidas que denunciaron la desatención oficial a ese sensible tema.
La protesta y bloqueo se realizó en un lugar que supuestamente estaba “blindado” en contra de ese tipo de actos; sin embargo, la desesperación ciudadana por el caso omiso del exgobernador del PRI con las siglas “rentadas” cobró factura al equipo del gobierno actual.
Después, la aparición de miles de millones de pesos en una deuda oculta dejada por el ahora joven y renovado Carlos Joaquín, misma que nunca fue reportada en el proceso de entrega-recepción.
Y ahora, son los taxistas, un sindicato muy poderoso que ha crecido bajo el amparo, y de nuevo aparecen los grupos sindicales afines al tricolor, los que dominan la escena; realizando bloques viales recurrentes, afectando lo más preciado en esa región de México: ¡EL TURISMO!
¿Quién podrá decirles a estos bárbaros del volante, lo que cualquier granjero mediano sabe?
¡Que se comen los huevos y no la gallina!
Al menos que estas protestas sean auspiciadas financieramente por manos tenebrosas que se aferran a seguir en el Poder y que buscan, a toda costa, evitar enfrentar sus responsabilidades legales.
El argumento sostenido por los taxistas en contra de Uber y otras plataformas, resulta meramente simbólico y falto de sustento legal y legítimo; rechazar en una de las regiones turísticas a nivel mundial este tipo de herramientas, no solamente es falaz, sino que sumamente retrógrada.
¿Desde cuándo los taxistas son propietarios de las calles en Quintana Roo?
Y como si no fuera suficiente todo lo anterior, ahora hasta el Gobierno de los Estados Unidos, ha publicado una “alerta” a sus ciudadanos para que eviten viajar a la Riviera Maya, en plena temporada de “alto” turismo, lo que pudiera generar cuantiosas pérdidas económicas a todos.
Nadie duda, que en cuestión de días, el Gobierno Federal meterá orden en el caos y entonces conoceremos a “la mano que mece la cuna”, en este desgarriate en el todavía, paraíso mexicano.
Afortunadamente entre Ottawa —y varias ciudades canadienses— y Cancún, existe una gran variedad de vuelos, no vaya a ser necesaria la presencia del exgobernador Joaquín González en Quintana Roo.
Digo, como dicen en el pueblo: ¡Aclarando amanece!
Después de todo, no olvidemos, cuando en el Aeropuerto de Tocumen, el 5 de junio del 2017, un grupo de Interpol irrumpió el Vuelo 475 de Air France y pidiendo disculpas a los pasajeros de primera clase, amablemente le dijo al sujeto que ocupaba el asiento 2B, dejar a un lado su copa de champagne y descendiera de la nave ajustando su destino final.
Y Roberto Borge Angulo, cambió la comodidad de un fastuoso y futuro chalet en Champs Elysées, por una no tan cómoda y menos lujosa, celda en el penal de máxima seguridad.
Después de todo, en Quintana Roo ya nadie se espanta cuando un exgobernador pisa la cárcel y la historia en esta entidad mexicana, así lo confirma.
Lo reitero, gobernadora NO se deje.
