- Tirso Martínez Sánchez, alias el “Tío” o el “Futbolista” testifica ahora en el juicio contra Genaro García Luna, en una Corte de Nueva York.
ABEL BARAJAS / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Tirso Martínez Sánchez, alias el “Tío” o el “Futbolista”, operador del Cártel de Sinaloa, empezó en 2002 a frecuentar los palcos de directivos de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) y de equipos del Bajío, en especial de la entonces Primera División “A”.
El “Tío” testifica ahora en el juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en una Corte de Nueva York.
El primer indicio de sus negocios en el futbol mexicano fueron unas imágenes publicadas por Grupo Reforma en 2004, en las que el sinaloense departía con el entonces presidente de la Primera División “A”, Enrique de la Garza, y Kléber Mayer, quien fuera dueño del club Irapuato.
Uno de los primeros que levantó la voz en aquel tiempo fue el diputado federal priista Wintilo Vega Murillo, quien pidió investigar a Martínez Sánchez por la sospecha de que él y no el joyero Kléber Mayer era el verdadero dueño de los Freseros del Irapuato.
Vega incluso hizo esas declaraciones un par de meses antes de que salieran a la luz las fotografías del “Tío” con los federativos. El exlegislador no se equivocaba.
De 56 años de edad y originario de Sinaloa, el “Tío” en aquellos años era buscado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos porque operó la introducción de 76 toneladas de cocaína al país vecino entre 2000 y 2003.
En 2007 se convirtió en prófugo de la justicia estadounidense, luego de que se presentaran cargos por tráfico de cocaína ante la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
El 2 de febrero de 2014 fue detenido con fines de extradición en la Colonia La Martinica, en León, Guanajuato
“Yo sólo soy un trabajador de cobranza administrativa, no entiendo por qué me arrestan”, les dijo a agentes federales.
En diciembre de 2015, tras ser extraditado, declaró a la justicia de Estados Unidos todo lo que negó en un principio y lo que desde años antes muchos presumían en México: que había sido dueño de los equipos de futbol profesional Venados de Yucatán, Reboceros de La Piedad, Querétaro, Celaya e Irapuato.
Con dinero del tráfico de drogas, confesó haber comprado el club Venados por una suma de entre 600 y 700 mil dólares, y el de Reboceros por 2.2 millones de dólares. En 2004, vendió el equipo de La Piedad en 10 millones de dólares y, tras liquidar a jugadores y empleados, obtuvo una ganancia neta de 4 millones de dólares.
Tirso también declaró a los estadounidenses que, tras revelarse su identidad, la Femexfut le ofreció comprar sus activos por 10 millones de dólares.
Sergio Hugo Bustamante, el testigo que denunció por lavado de dinero a Juan Collado, declaró a la FGR que en 2002 la Caja Libertad compró al “Tío” el equipo de futbol de Primera División Gallos Blancos de Querétaro, en 7 millones de dólares.
Quienes aparecieron como nuevos dueños fueron los empresarios Jorge y Alejandro Vázquez Mellado, según el testimonio de Bustamante, entonces presidente de Educación Cooperativa de la Caja Libertad.
En 2016 el sinaloense se declaró culpable ante en la Corte de Nueva York, tras una negociación con el Departamento de Justicia que lo comprometió a delatar a otros narcotraficantes.
Dos años más tarde, el “Tío” fue uno de los testigos que declaró en el juicio contra Joaquín “Chapo” Guzmán, quien fue sentenciado a cadena perpetua.
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