Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo

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  • La violencia contra las mujeres es uno de los mecanismos sociales cruciales por los que se mantiene a las mujeres en una posición de subordinación con respecto a los hombres. CONVENIO RE ESTAMBUL, «Preámbulo», 2011

Mujeres que competimos por hombres

Por Haidé Serrano

Las mujeres (algunas) hemos competido entre nosotras por los hombres durante demasiado tiempo. Nos hemos disputado su amor, atención, dinero. Lo hemos hecho durante demasiado tiempo y ya es hora de poner un alto.

Desde que nos inocularon la idea que seríamos encontradas por el Príncipe Azul, sembraron en nosotras la semilla de la disputa. Luego nos dimos cuenta de que no hay tantos príncipes y sí demasiadas Cenicientas.

La lucha se ha tornado férrea. Y es parte de la cultura y nuestra educación desde la infancia.

“A nuestros hombres hay que cuidarlos, pero de otras mujeres”. Esta idea nos hizo presas de los celos, la competencia, la manipulación. Y convirtió a las otras mujeres en una permanente amenaza. En cazadoras insomnes que anhelan nuestro sagrado premio, nuestro hombre. Y este “preciado tesoro”, bien puede ser el novio, prometido o esposo. No importa el tamaño del “supuesto” compromiso, siempre estará en riesgo por el acecho de las lagartonas, las zorras, las mujeres sin escrúpulos, las come-maridos, las roba novios.

Caímos en las redes de la manipulación permanente de los hombres. Nos convertimos en rehenes de una mentira, de una ilusión. La del control y la vigilancia de nuestras parejas. Hombres infantilizados que, a su conveniencia,

dicen ser víctimas de impulsos sexuales sin control, que los orillan a todo tipo de infidelidades.

Así, pasamos de esposas, parejas, novias, a madre de hombres que necesitan regaños, amenazas, reprimendas para mantener la bragueta y el corazón cerrados.

Hemos competido por su atención y su amor y en ello hemos invertido miles de millones de pesos. Inversiones que no necesariamente han generado ni intereses ni han sido inversiones. Hemos empleado tiempo y dinero en agradarles, en ser bonitas, en ser interesantes. En “atraparlos”.

Hemos destruido nuestra salud física y mental para retenerles.

Y ¿para qué? Hemos creído esta otra mentira del patriarcado. Que sin ellos no podemos vivir, que no podemos ser independientes económicamente y que debemos entregarles nuestro tiempo y cuidados sin remuneración alguna.

Al cabo de los años, de décadas invertidas, miles de mujeres que compitieron con otras mujeres por “el amor” de un hombre fueron cambiadas por una más joven; se vieron sin un peso en la bolsa y sin un techo donde pasar los últimos años de sus vidas. Solas.

Es hora de dejar de competir por hombres que no quieren estar con ninguna. A ellos se les dijo que pueden tenerlo todo. Casa chica y casa grande. Engañar a las esposas, parejas, novias una y otra vez. Eso los haría más machos. Y a nosotras, se nos ha exigido mirar a otro lado cuando se nos traiciona, perdonarlos, darles otra oportunidad porque “no saben lo que hacen”, “son como niños”.

Es hora de relacionarnos de otras maneras con los hombres, sin violencia, en respeto y libertad, sobre todo económica de las mujeres.

Desengañarnos de la “mentira científica” que competimos por las mejores parejas genéticas. Y tener claro que ha sido la cultura y educación patriarcal que nos ha echado al ruedo de la competencia donde las que salimos perdiendo somos las mujeres.

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.