En Monterrey cuenta la leyenda…

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POR JOSÉ LUIS CARRILLO RAMOS

Aunque muchos no lo puedan creer, cuenta la leyenda que existieron en Monterrey, semáforos totalmente sincronizados que permitían cruzar el primer cuadro en cuestión de minutos y en muchos casos, sin necesidad de tener que frenar ante ninguna luz roja obligatoria.

Es más, cuando la circulación era fuera de “horas pico”, los automovilistas sabían que circular a una velocidad constante de entre 40 y 50 kilómetros por hora, les garantizaba “subirse” en la famosa “ola verde” propiciada por un eficiente sistema de semáforos.

Además de no tener que parar en cada esquina; sus vehículos se mantenían en mejores condiciones, ahorraban gasolina y evitaban la peligrosa contaminación ambiental.

Y esa leyenda también cuenta que ese deleite para los automovilistas, se hacía extensiva a otros municipios metropolitanos.

Tristemente parece que esa leyenda sigue estando vigente en algunas avenidas principales en San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, porque en Monterrey ya es solamente una leyenda.

¿Quieren datos específicos?

Circular por la avenida Tapia, en los tiempos de la referida leyenda; era un agasajo, al ser un eficiente eje vial de poniente a oriente, ahora, es imposible avanzar unas cuadras, sin que el semáforo respectivo, cambie de verde a rojo, de manera frecuente.

Todo lo anterior, con las consiguientes molestias a los conductores, además del costoso desgaste adicional del vehículo y la contaminación generada al estar frenando y avanzando de manera constante.

Y peor aún, en las cercanías de Félix U. Gómez, donde para avanzar tres cuadras, los conductores deben fortalecer su paciencia.

Igualmente sucede en Pino Suárez y Cuauhtémoc, avenidas principales que en tiempos de exalcaldes como Benjamín Clariond, Sócrates Rizzo, Felipe Cantú y Ricardo Canavati, representaban la cúspide de la eficacia vial de norte a dur y viceversa.

Vaya, era una cuestión de minutos para que la “ola verde” legendaria propiciara que los automovilistas, recorrieran de manera ágil el tramo comprendido entre Colón y la avenida Constitución.

Tristemente, en la actualidad es muy común permanecer “estacionados” varios minutos en esas avenidas, principalmente en las cercanías de la Alameda y el Hospital de Ginecología.

Mismos casos se repiten a diferentes horas del día, en cualquier vialidad del primer cuadro de Monterrey, como si no fuera suficientes los desesperantes y largos atorones en Morones Prieto, Constitución, Gonzalitos, Churubusco, Garza Sada, al Sur, etc, etc, y etc.

¿Le echamos la culpa al incremento en el tráfico, o a la ausencia de mantenimiento total en los sistemas de semaforización inteligente que durante muchos años el SINTRAM hizo bien, con resultados concretos en las vialidades metropolitanas?

Miles de horas-hombre perdidas para los regiomontanos, sin contar con las excesivas cargas adicionales de contaminación, y lo más importante, el tener que estar abordo de un vehículo horas y horas, cuando podrían ser utilizadas en convivencia familiar y entretenimiento.

¡Pero no en estrés, frustración y mucha desesperación!

En lugar en andar viajando a Europa o Estados Unidos en supuestos “cursos” o “ferias” que nos dicen serán para arreglar los problemas actuales.

¿No será mejor atender las urgencias de la gente de “a pie”?

Será que, para muchos políticos, el sentido común… ¿Es el menos común de los sentidos?

Cuenta la leyenda, que en Monterrey hubo una vialidad de primer mundo.