Por KUKULKÁN
CUANDO a un residente extranjero se le pregunta por qué eligió Quintana Roo para vivir sin pensarlo mucho responde: por la libertad y las oportunidades que existen para prosperar cuando en realidad se viene a trabajar con dedicación y responsabilidad. Así han construido su patrimonio cientos de miles de extranjeros y mexicanos durante los casi 48 años de fundación constitucional de uno de los estados más jóvenes del país, con potencial económico por explotar y un futuro promisorio con el desarrollo que traerán las obras de infraestructura del gobierno federal y que conectarán comercialmente a la Península de Yucatán.
SE CALCULA que en la entidad habitan ciudadanos de 120 nacionalidades del mundo, el 61 por ciento de los 195 países que existen. Hasta 2020, de acuerdo con datos de la Unidad Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación, más de 39 mil 400 extranjeros residían en Quintana Roo de manera legal (ocupando la posición número 12 a nivel nacional). En ese mismo año, el 65 por ciento del total de las Tarjetas de Visitantes por Razones Humanitarias emitidas en la entidad fueron para proteger a migrantes venezolanos. Un año después, los migrantes haitianos concentraron el 52.3 por ciento de estos instrumentos legales que han servido para proteger a poblaciones de migrantes en diversas circunstancias de latentes violaciones a sus derechos humanos.
EN MEDIO de este constante flujo migratorio, surge la historia de Lisa Lee Wink, una canadiense de edad avanzada que en las últimas semanas ha vivido prácticamente en las salas de la terminal del aeropuerto internacional de Cancún, quien presuntamente padece de sus facultades mentales y no ha aceptado ayuda por más ofrecimientos que ha recibido tanto de ciudadanos como de autoridades estatales. Con nadie ha querido hablar ni permite que se le acerquen, se alimenta de lo que le van acercando los transeúntes sorprendidos con su situación. Sus familiares de plano se han deslindado de ella argumentando que sufre un cuadro de múltiples personalidades lo que esporádicamente le imposibilita saber quién es.
‘TODO lo que puedo decir es que sé que Lisa tuvo una vida muy difícil. Ella fue abusada cuando era niña y no creo que su vida adulta haya sido mucho mejor. Creo que tiene múltiples personalidades lo que hace que sea difícil saber quién es ella en un momento dado. Lamento mucho su situación y espero que le vaya bien. Ella ha sido víctima de malas personas toda su vida. Por favor, dale lo mejor si la ves’, respondió su tío Chris Richarson ante una solicitud de información a través de whatsapp.
EN BUSCA de soluciones a la situación de Lisa, la Dirección de Atención al Turista Zona Norte del gobierno del estado notificó a las autoridades consulares de Canadá quienes respondieron que no podían obligarla a nada, aunque reiteraron su disposición de ayudarla a regresar a su país en caso de que así lo decida. El Consulado además argumentó que se comunicaron con las ‘únicas dos personas que hemos localizado que la conocen y no la quieren ayudar’. A petición de autoridades aeroportuarias, elementos de la Guardia Nacional hicieron contacto con la mujer lo que derivó en un altercado por temas legales y fue puesta a disposición del juez.
EL CARIBE mexicano sigue siendo el paraíso de millones de turistas extranjeros que arriban año con año para multiplicarse cada vez más a pesar de los escándalos mediáticos internacionales por el ajuste de cuentas entre los diferentes cárteles que se disputan el control de los principales destinos turísticos del estado y que han sido atizados por la competencia turística internacional en su afán de restar el mercado para enviarlo a otros destinos del Mar Caribe como Punta Cana, Salvador de Bahía, La Romana, Bayahibe o San Juan de Puerto Rico que cuentan con maravillosas playas, pero les falta la infraestructura y el servicio de atención que ha ganado preferencias en el gusto de los visitantes. Lisa no está perdida al solicitar al Consulado canadiense quedarse a trabajar en lo que más se asemeja al paraíso.
