- Desesperados por entrar a Estados Unidos antes de que el 11 de mayo concluya la política llamada Título 42, cientos de personas migrantes cruzaron hacia el lado estadounidense en busca de asilo.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA.- Desesperados por entrar a Estados Unidos antes de que el 11 de mayo concluya la política llamada Título 42, que cerró la frontera desde 2020 con el argumento de la pandemia, cientos de personas migrantes cruzaron hacia el lado estadounidense en busca de asilo.
Aunque las restricciones se mantendrán, ahora bajo la política Título 8 que implica procesar y expulsar de manera expedita a quien cruce sin permiso, los migrantes saturaron ayer las puertas 40 y 42 del muro fronterizo de Juárez-El Paso, ya del lado norteamericano.
“No abren la puerta”, lamentó Andrew Gálvez, un venezolano.
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Aún así, no pierden la esperanza de hacer el trámite y acampan, ahora del otro lado, sobre cartones o cubriéndose con cobijas, ropa o toallas, luego de que retiraran las casas de campaña que habían instalado en el área.
Para sobrevivir, regresan a México, cruzan un alambre de púas, compran alimentos y se meten otra vez en territorio vecino.
Bajo rayos del sol que superan los 30 grados, padecen la incertidumbre. Sentados entre el Río Bravo y el muro fronterizo, guardan la esperanza de que autoridades migratorias abran las puertas y los procesen para iniciar su trámite.
Víctor Escobar, un ex militar en Colombia, lleva 10 días en el lado norteamericano. Ha sobrevivido con apenas una bolsa de víveres.
“Pero no han abierto la puerta”, lamentó.
Padres y madres con hijos sobre los hombros, cargando bolsas con agua y alimento, caminan sobre el bordo. El alambre de púas que colocó el Gobierno de Texas los ha hecho desplazarse a pie más de 20 kilómetros.
En el trayecto encuentran o hacen huecos en el alambre de púas para cruzar.
Muchos se han registrado en la aplicación CBP One, para tramitar el asilo, pero han sido meses de espera y nula respuesta.
En Matamoros, Tamaulipas, la situación es similar.
Decenas de migrantes, incluidas familias completas, se aventuraron ayer a cruzar el río Bravo para llegar a Brownsville y solicitar asilo.
“No tenemos otra, o cruzamos ahorita o no cruzamos nunca”, dijo Martín, un venezolano.
La Patrulla Fronteriza reportó que desde el 21 de abril, se ha tenido un ingreso promedio de 2 mil migrantes por el río Bravo.
La desesperación comienza a miles de kilómetros de distancia.
En Tapachula, Chiapas, otros miles de migrantes inician su travesía y buscan obtener una Forma Migratoria Múltiple (FMM), con la esperanza de acercarse a EU.
En esta ciudad fronteriza con Guatemala, africanos, venezolanos, cubanos, centroamericanos, y asiáticos se acumulan a los alrededores del módulo que el INM instaló a inicios del año, ante el incremento de solicitantes. Activistas locales calcularon que son unos 5 mil.
Ayer, el Presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió en contra de los Gobernadores de Texas, Greg Abbott, y de Florida, Ron DeSantis, por endurecer las medidas antiinmigrantes y usar el tema de forma inmoral con fines electorales.
“¿Tienen que valerse del dolor del pueblo, del dolor del migrante, de la necesidad de la gente para sacar raja política? Eso es inmoral, eso es politiquería”, fustigó.
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