Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo

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Cuando nadie les ve y la depresión de Sanz

Haidé Serrano

Una confesión. Un llamado de ayuda. Lo que se dirían para sí mismos, bajito, en la soledad, tal vez al espejo. Cuando nadie les ve. Una sensiblería, dirían las y los machistas. Esto hizo Alejandro Sanz hace unos días, sólo que en el megáfono de las redes sociales. El cantautor expresó sentirse triste, cansado, dijo que “a veces no quiero ni estar”.

Recibió miles de expresiones de apoyo y se convirtió en noticia por varias razones. Más allá de las motivaciones de Sanz para hablar públicamente de su salud mental, es muy relevante que haya expresado esas emociones para la construcción de una sociedad menos machista. Que hombres de su fama se muestren vulnerables, débiles y menos machos “permite” que otros hombres sigan su ejemplo.

A los hombres se les demanda ser fuertes, ignorar u ocultar el dolor emocional y físico. Se les prohíbe pedir ayuda, pues, según el mandato patriarcal, los mejores hombres son capaces de resolver todo solos.

Expresar emociones que contradigan estas expectativas los enfrenta a la crítica de sus amistades, familia y círculo social. Se exponen a ser tachados de afeminados y sensibles. Es decir, de parecer “mujeres”, como si serlo o parecerlo fuera algo negativo y ofensivo.

Estos mandatos definidos en la masculinidad hegemónica orillan a los hombres a minimizar enfermedades y sus síntomas.

Esta forma de “ser hombres” está vinculada directamente con la violencia y la depresión, que puede conllevar al suicidio.

En México, según cifras de INEGI, más de 14 millones de hombres sufren depresión. Son los hombres los que más se suicidan. La tasa es de 10.9 suicidios por cada 100 mil (6 785). Mientras que a tasa para las mujeres es menor: 2.4 por cada 100 mil (1 552). Y en América Latina, el porcentaje de suicidios cometidos por hombres es del 79%.

(https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2022/EAP_SUICIDIOS22.pdf)

La masculinidad hegemónica define que las personas deben ser importantes, independientes, autónomas, activas, productivas, heterosexuales, y a nivel familiar, proveedoras y con un amplio control sobre sus emociones. (CNDH).

Este tipo de masculinidad se vuelve no sólo contra las mujeres o cualquier otra identidad de género sino también contra los hombres. Porque el orden social que encumbra la idea de un varón protector, exitoso, racional y sin miedo, y castiga a quienes se alejan de él. Este sistema discrimina a los que no cumplen estos mandatos y los relega en el sistema social, lo que afecta, entre otras cosas, su salud.

Las frases que todas, todos y todes escuchamos desde la infancia, que en realidad son mandatos de género, van desde “no llores, sé hombrecito”, “los chicos o los hombres no lloran”, “los hombres son más razón, las mujeres son más emoción”.

Hoy ya hay hombres que gritan al mundo que no todo está bien. Hombres que lloran y eso no los hace menos hombres. Que se muestran vulnerables. Hombres que no se sienten tan solos porque Alejandro Sanz se siente como ellos.

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.