Por KUKULKÁN
EN EL SURESTE mexicano comienza a sentirse emoción por lo que representará para la economía de la región la puesta en operación del Tren Maya con un recorrido de mil 554 kilómetros que cruzará los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en un tiempo estimado de 12 horas con 82 minutos. El trayecto incluye 21 estaciones con hoteles, restaurantes y Mercados del Bienestar, además de 14 paraderos en poblados alejados a cuyos habitantes se beneficiará con el comercio local que promete despuntar con la llegada de turistas.
PARA la mayoría de quienes vivimos en Quintana Roo, independientemente que se esté de acuerdo o no del gobierno de la Cuarta Transformación, hay una especie de esperanza de contar con un medio de transporte eficiente y seguro para recorrer en menos de tres horas los 383 kilómetros que separan a Cancún de Chetumal, o viceversa, contra las seis horas que en promedio se hacen actualmente por carretera con límite de velocidad de 90 kilómetros por hora. Otro de los beneficios que se esperan es la reducción del costo al que actualmente se paga en autobús, de acuerdo con el diagnóstico presentado recientemente por el general Óscar David Lozano Águila, Director General del Tren Maya.
PARA los incrédulos estaría bien que fueran a darse una vueltecita por las diferentes obras del tren que se llevan a cabo en territorio quintanarroense para que se sorprendan de los avances y de la magnitud del proyecto que construye a velocidad inéditas ocho estaciones (Cancún Aeropuerto, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, Aeropuerto Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Aeropuerto de Chetumal) y cinco paraderos (Leona Vicario, Xcaret, Puerto Aventuras, Akumal y Limones).
NO DARÁN crédito cuando vean las enormes bases de concreto enclavadas en lo que otrora fue selva y que ahora sostendrán el tren elevado de cuatro vías, dos por cada lado, en su cruce por la conocida Ruta de los Cenotes que conecta las estaciones de Puerto Morelos y Leona Vicario. Ningún otro gobierno federal había invertido tanto en el sureste para sacarlo del subdesarrollo en que estuvo sometido por un sistema económico concentrado en unas cuantas familias y grupos políticos que ahora quieren regresar a controlar el poder para mantener sus negocios particulares a costa de empobrecer a la mayoría.
LOS AVANCES también se ven en la construcción del Aeropuerto Internacional de Tulum “Felipe Carrillo Puerto”, entre el 35 y el 40 por ciento, con un gasto ejercicio de 8 mil millones de pesos (mdp), lo que representa poco más de la mitad del costo total estimado en 15 mil 500 mdp. La obra que se ejecuta está a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en una sección de terreno de 500 hectáreas (ha), sobre un polígono autorizado de mil 200 ha (2 por 6 kilómetros cuadrados), del ejido Chunyaxché en el municipio Felipe Carrillo Puerto de Quintana Roo.
ADEMÁS de la pista y del edificio terminal con zonas de estacionamiento, se proyecta una base aérea militar, el corredor comercial y de servicios, la planta de combustible, oficinas de gobierno y zonas de migración y aduanas. Al lado norte del polígono se determinó construir el edificio terminal por tener ahí la mejor iluminación natural y la menor cantidad calórica sobre las fachadas del inmueble que se estima recibirá a 5 millones de pasajeros cuando opere en su totalidad. De acuerdo a la proyección de pasajeros en escenarios medios, la terminal podría recibir 7.2 millones en 2033, 9.8 millones en 2043 y 12.1 millones en 2053. Por bien del sureste que así sea.
