Por KUKULKÁN
LA ZONA sur de Quintana Roo espera con gran expectación la prosperidad prometida por el gobierno de la Cuarta Transformación a partir de diciembre próximo, seis meses, cuando entren en operación las obras de infraestructura diseñadas con todo un ecosistema comercial que vaticina generar riqueza para las poblaciones donde se instalarán las seis estaciones y cuatro paraderos que comprenden la ruta del Tren Maya por esta entidad, conectada a su vez con los vecinos estados de Yucatán, Tabasco Chiapas y Campeche a través de más de mil 500 kilómetros de vía ferroviaria, donde también se contempla llegarán los beneficios.
EN CHETUMAL, donde se instala actualmente una estación conectada con el aeropuerto, el sector servicios espera que el flujo turístico deje suficiente derrama de recursos para reactivar la golpeada economía local; los comerciantes celebran la movilidad para la transportación de las mercancías, pero observan que los beneficios del decreto presidencial que desde 2020 declaró el régimen de zona libre de impuestos, supuestamente para reactivar la economía, ha resultado infructuoso porque hace falta acompañarlo con una estrategia de comercio exterior hacia Centroamérica, empezando con Belice con el que ya mantienen relaciones comerciales todavía con muchas obstáculos administrativos que le restan al margen de utilidad.
LA CRISIS económica de Chetumal como centro económico del sur de Quintana Roo, detonó en enero de 1994 al entrar en vigor el TLC entre Estados Unidos, Canadá y México el cual puso fin a los beneficios fiscales que ofrecía al comercio local el entonces régimen de zona libre de impuestos y se vino abajo la principal fuente de ingresos de la región. En la era global el decreto ha quedado superado, por lo que los comerciantes confían en que la gobernadora Mara Lezama Espinosa gestione ante el presidente de la República los acuerdos comerciales necesarios para reactivar realmente la economía.
ENTRE las desventajas que el empresariado local ve en el régimen de zona libre en vigor son los bajos márgenes de utilidad ya que los interesados en importar mercancías o productos tendrán que pagar el 16 por ciento de IVA, ya que el estímulo del 8 por ciento, del decreto de estímulos fiscales (aplicable desde 2020) no aplica para operaciones de comercio exterior, tal y como debería ser en una zona libre. Y la recuperación de la diferencia del gravamen fiscal lo rescatará en un lapso estimado en 6 a 12 meses, a ello se suma los gastos de la tramitología aduanera, según Amir Padilla Espadas, presidente de la Cámara de Comercio en el Centro y Sur de Quintana Roo quien consideró que de superarse ese obstáculo Chetumal tiene potencial para convertirse en un puerto de altura.
HACIA el norte del estado, en los linderos con Yucatán, lejos también de la prosperidad de las lujosas zonas hoteleras, se encuentra la marginada comunidad de Leona Vicario, municipio de Puerto Morelos, donde se construirá una de las dos estaciones del Tren Maya en esta demarcación. La zona está clasificada entre las de menor ingreso de Quintana Roo; los hogares tienen un nivel socioeconómico tipo D, con un ingreso estimado en 13 mil 400 pesos mensuales por hogar y 3 mil 270 por persona. Se calcula que el número de habitantes rebasa las 3 mil personas acomodadas en 800 unidades habitacionales.
LA GENTE aquí ve con entusiasmo las obras del Tren porque han generado fuentes de trabajo para la población e incrementaron el consumo local. De acuerdo con cifras de Market Data México, Leona Vicario registra una productividad económica estimada en 620 millones de pesos anuales, de los cuales 130 millones corresponden a ingresos generados por los hogares y unos 490 millones a ingresos de los 200 establecimientos que ahí operan. Ser testigos de los rumores iniciales de que venía el tren y posteriormente de la intempestiva circulación de tráileres cargados con materiales, así como el avance del edificio estación y la instalación de vías del ferrocarril, hacen transpirar en los pobladores la gran expectación con que esperar dejar atrás las condiciones de abandono gubernamental.
