NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN Quintana Roo no todos los militantes del Partido Verde son iguales. Generalmente catalogados como niñas y niños bien, inexpertos tanto en política como en administración pública y con una gran ambición por el poder con el único fin de hacer negocios particulares, lo cierto es que también hay sus contadas excepciones. De toda su estructura gubernamental, destacan dos mujeres que piensan y actúan diferente, rompen la regla. Y precisamente por eso se les relega en la toma de decisiones importantes para el estado y para el movimiento de la Cuarta Transformación.

LA PRIMERA es la diputada Susana Hurtado Vallejo, vigente en el poder por esfuerzo propio, desde luego es importante la marca del partido y el padrinazgo político, pero ella supo distinguir pronto cuando a alguien se le asigna una candidatura, no para ganar sino para perder. Ha sido su caso en las diferentes elecciones que participó para diputada estatal las que sacó adelante pese a los negativos pronósticos. La más reciente fue en 2022 en la elección para conquistar el Distrito II y convertirse en diputada de la actual XVII Legislatura del Congreso estatal ganándole al candidato de Morena, Ricardo Velazco Rodríguez quien adelantadamente ya se manejaba como el ganador confiando en el efecto López Obrador.

POCOS en el Partido Verde se imaginaron a Susana Hurtado ganando e inclusive hubo quienes consideraron que había sido un error salirse de la alianza con Morena sólo en ese Distrito; ella les calló la boca con hechos, sorprendiendo a propios y extraños poniéndose a trabajar en el territorio, a escuchar las demandas ciudadanas apremiantes. En un escenario en que en 2024 la candidatura para la presidencia municipal de Benito Juárez siga siendo para mujeres, la diputada verde ecologista representa un mejor cuadro que la actual alcaldesa Ana Patricia Peralta para enfrentar en la contienda interna a la senadora morenista Marybel Villegas Canché, que la peleará con todo. Quienes recorren el territorio dicen que Marybel es pura percepción, reconocida por lideresas de las regiones y colonias populares, pero no por el grueso de la gente.

OTRA verde ecologista a quien no se reconocen sus méritos es la alcaldesa de Puerto Morelos, Blanca Merari Tziu Muñoz, nativa de la comunidad indígena de Leona Vicario, que acostumbra convivir con la gente del pueblo y que ha logrado sacar adelante las finanzas del municipio a pesar de la enorme deuda que le dejó su antecesora y actual diputada federal por el PRD, Laura Fernández Piña, quien demandó amparo contra el ayuntamiento por negarse a pagar dos contratos bajo el esquema de Asociaciones Público Privadas (APP) de los que ella misma saldría beneficiada puesto que su marido resultó ser también el proveedor de los servicios por cobrar durante 20 años casi mil millones de pesos.

A BLANCA le tocó tomar la drástica decisión de no pagar las mensualidades establecidas en los contratos que pretendían privatizar tanto el servicio de alumbrado público como la construcción del edificio del palacio municipal. Se mantiene firme en su decisión de ir hasta las últimas consecuencias en estos casos de corrupción que afectaron las finanzas del municipio. Recientemente rindió su informe de labores en el que enumeró los logros alcanzados a pesar de que el presupuesto público es inalcanzable, pero en lo que cabe la alcaldesa se ha desempeñado y tiene frente a sí un promisorio horizonte con la llegada del Tren Maya, ya que de los más de mil 500 kilómetros de recorrido, sólo el municipio de Puerto Morelos contará con dos estaciones, una en la cabecera y otra en la comunidad de Leona Vicario, su cuna.

@Nido_DeViboras