Por KUKULKÁN
QUERÍA ser famosa y la alcaldesa panista Lili Campos Miranda lo logró. En cuestión de minutos su nombre anduvo en boca de todos, aunque no precisamente como ella hubiera querido, con el reconocimiento público a su desempeño al frente del Ayuntamiento de Solidaridad y, como cereza del pastel, el apoyo mayoritario de la población para reelegirse en el cargo otros tres años durante las próximas elecciones de junio de 2024. Todo lo contrario, su imagen recorrió el mundo al ser exhibida en la Mañanera de este miércoles como la responsable de invertir e inaugurar una carretera defectuosa cuyos yerros se habían atribuido previamente al gobierno federal.
LOS PROPIOS panistas contribuyeron a hacer viral el escarnio sobre las imágenes de la carretera chueca y peligrosa, bautizada irónicamente como ‘carretera del Bienestar’, atribuyendo el error al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin pensar que el tema le fuera a estallar a su alcaldesa en Solidaridad, único municipio que conservan luego de que Isla Mujeres se convirtiera en Morena, y provocar el efecto de la carambola de tres bandas para quemar el sueño de Lili Campos para reelegirse con altas posibilidades del triunfo y posteriormente saltar como candidata a gobernadora en 2027, según sondeos y cálculos propios.
EL TEMA suscitó la indignación y fue el hazmerreír en mesas familiares, restaurantes y cafés de las principales ciudades de Quintana Roo por la abrupta terminación de la calle que obliga a los conductores a frenar para ejecutar con destreza una arriesgada trayectoria en escuadra e incorporarse de inmediato a una vía que corre en forma paralela. De acuerdo con documentación del ayuntamiento de Solidaridad, para la repavimentación de la carretera defectuosa se invirtieron 29 millones 989 mil 588 pesos y la empresa ganadora de la licitación fue Maharba Servicios Inmobiliarios S.A. de C.V., la favorita de la alcaldesa, bajo investigación de la Auditoría Superior del estado por presuntamente simular la remodelación de la Plaza 28 de Julio, sobre la explanada del palacio municipal en Playa del Carmen.
LA PERMANENCIA de Lili Campos en Solidaridad es la subsistencia en el estado del grupo del ex gobernador Carlos Joaquín González, quien como parte de la negociación por entregar el poder a Morena, pidió a cambio el control de este municipio a fin de convertirlo en su feudo político y financiero. No es que Lili haya ganado la silla municipal por méritos propios; su posición fue negociada, se le puso enfrente a una candidata perdedora, Laura Beristain Navarrete, quien pretendió reelegirse sin el apoyo de Morena a nivel nacional ante la pésima administración que ejerció. Arribista como se le caracteriza, en 2018 ganó la presidencia municipal gracias a la ola del lopezobradorista pero solita cavó su propia tumba política al aprovecharse del poder para hacer negocios familiares lo que la llevó a la derrota.
NO GANÓ Lili, perdió Laura. Los resultados finales de la contienda en 2021, dieron como ganadora a la primera con una votación de 26 mil 379 votos sobre 22 mil 905 de la morenista (3 mil 474 sufragios de diferencia). En sustancia, la ganadora obtuvo el triunfo con el 11.5 por ciento del apoyo del electorado lo que se traduce en una falta de legitimidad de casi el 90 por ciento. Es decir, de diez solidarenses sólo uno votó por Lili y por la propia Laura. Con ese escenario político espectacular, sólo era necesario patear el balón en dirección correcta a la portería, anotar gol y pasar a la historia como una alcaldesa respetable.
PERO como ocurre con la generalidad de los políticos, con un poco de poder sienten que todo lo pueden, que sólo sus chicharrones truenan, y para alimentar todos los días su ego, se rodean de asesores dedicados a aplaudir todas sus acciones y de recargar de optimismo la batería anímica. Se sintió poderosa y con el equipo de su cuarto de guerra emprendió soterradamente una campaña de desprestigio mediático en contra del gobierno de Mara Lezama Espinosa, particularmente en temas de inseguridad que igualmente terminaron explotándole al destaparse una la red de trata de personas que operaba en pleno centro de Playa del Carmen, sin que las autoridades municipales tuvieran conocimiento. Pero el colmo ya fue que la alcaldesa no se diera cuenta ni llevara a cabo una investigación a fondo sobre los culpables de la construcción de la carretera chueca, atribuida a administraciones pasadas, antes de inyectarle casi 30 millones de pesos en repavimentación. Lo que Lili no tomó en cuenta es que, para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta.
