- Más de 296 mil niñas, niños y adolescentes habrían sido seriamente afectados por los estragos que dejó el huracán “Otis” a su paso por Guerrero.
IRIS VELÁZQUEZ / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Más de 296 mil niñas, niños y adolescentes habrían sido seriamente afectados por los estragos que dejó el huracán “Otis” a su paso por Guerrero hace más de una semana, de acuerdo con cálculos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Catalina Gómez, jefa de Política Social de Unicef México, explicó que esta estimación tiene como base la cantidad de menores de edad que fueron registrados en Acapulco, Tecpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez y Coyuca de Benítez, los municipios mayormente afectados por el fenómeno meteorológico.
En entrevista con Agencia Reforma, dijo que acordó colaborar con el gobierno de Guerrero para realizar una valoración a fin de determinar las afectaciones de los menores de edad y que, con estos datos recabados por personal de salud, educación y protección a la niñez y adolescencia de Unicef, se puedan trazar líneas de acción para la ayuda integral.

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Indicó que cinco hospitales resultaron con daños moderados y cerca de 177 mil 804 estudiantes de educación básica se han visto afectados tras el cierre de escuelas, en esos cinco municipios.
Si bien, acotó Gómez, la población de todas las edades ha vivido una situación complicada, este sector poblacional está expuesto a violencias, abusos y suele tener dificultades para asimilar lo ocurrido.
“La salud emocional y la contención emocional es tan importante en estos momentos para niños, niñas, y adolescentes; sí, para los adultos, este es un momento de mucha confusión, trauma y tristeza, todo esto lo experimentan niños, niñas y adolescentes y, además, de una manera más profunda”, expuso.
“Hay que acompañarlos con el proceso, hay que hablarles, hay que explicarles la situación, pero hay que buscar la manera de cómo, poco a poco, se puede volver a un sentido de estabilidad y de tranquilidad, poderlos proteger frente al abuso y la violencia”, agregó.
Gómez recordó que, en casos de emergencia, la fuerza pública está enfocada en la atención inmediata, mientras que los padres, madres y cuidadores atienden principalmente la supervivencia, desde buscar alimentos, a sus seres queridos, y las infancias pueden ser descuidadas.
“Puede ser que haya descuidos frente a los niños y a las niñas, que los dejen cuidando con alguien conocido, pero que no necesariamente estén adecuadamente cuidados”, apuntó.
La jefa de Política Social de Unicef México señaló que, al acudir a Guerrero, se valorarán efectos a corto plazo que podrían incluir mala nutrición y contagio de enfermedades por falta de atención médica, agua potable, higienización de espacios y deshidratación, entre otros.
Consideró que se necesitará apoyo para la distribución de agua potable, kits de higiene, limpieza y desinfección, suministros esenciales para la atención primaria y salud materno-infantil, así como la ampliación del acceso a agua potable segura y saneamiento, incluyendo la provisión de infraestructura hidrosanitaria móvil (baños y lavamanos).
Gómez indicó que incluso la orfandad es una vulnerabilidad que pudo haber dejado este desastre natural.
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