Concluyen en penal de NL educación básica

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Concluyen en penal de NL educación básica
  • Reos obtienen libertad condicional tras obtener beneficios por su buena conducta y terminar primaria y secundaria en el penal.
IMELDA ROBLES / AGENCIA REFORMA

MONTERREY, NL.- Alejandro creció en una familia con extrema pobreza y dice no saber nada de su papá. Sus estudios quedaron truncos en tercero de primaria y para los 13 años ya se drogaba con solventes. 

Llevaba cuatro años viviendo en la calle antes de ser detenido el 17 de abril del 2022 en Santa Catarina.

Hoy tiene 31 años y salió del Cereso 2 de Apodaca el pasado 28 de septiembre. Quedó en libertad condicional tras obtener beneficios por su buena conducta y terminar primaria y secundaria en el penal, algo que ni siquiera imaginaba.

“Le doy gracias a Dios por lo que ha hecho por mí”, dice, “no me esperaba acabar esto (primaria y secundaria) en un penal, yo decía: ¿si no lo hice afuera, en la calle, cómo lo voy a hacer adentro?”.

Alejandro es un ejemplo del contexto en el que crecieron miles de personas que ahora están privadas de la libertad en el Estado: baja escolaridad, pobreza, nacieron en una familia disfuncional y no cuentan con ninguna red de apoyo.

Nunca tuvo ninguna visita en el centro de reinserción social ni tiene contacto con nadie de su familia.

“El penal es duro”, comenta, “pero es duro para el que lo quiere nada más, porque en mi caso yo adentro siempre busqué lo mejor para mi vida. Venía de la perdición en la calle y luego para llegar al penal y buscar otra vez problemas, pues ya no”.

UN GRAN AVANCE

El joven tiene ahora sus certificados de educación básica gracias al apoyo de Faro en el Camino, asociación fundada por Marco de la Garza en el 2019 para ayudar a la población penitenciaria.

En octubre, esta organización logró que por primera vez en Nuevo León se tengan dos centros de reinserción social en donde todas las personas privadas de la libertad cuenten con primaria o secundaria terminada.

Faro en el Camino hizo un censo entre las casi mil 800 personas del Cereso 2, de Apodaca, y detectó que 480 no tenían estudios básicos.

Mientras que en el Cereso Femenil, de un total de 540 mujeres, la cifra era de 110 en la misma situación.

“La verdad, el tema era que pudieran entrar a la prepa, pero cuando iniciamos este censo nos dimos cuenta que a muchos les faltaba la primaria y la secundaria”, explica De la Garza.

“Vas también entendiendo esta parte, donde dices, uno de los factores de riesgo (para cometer un delito) es el tema educativo. Preguntábamos la edad y vas descubriendo que la mayoría es gente menor de 39 años”.

Obtener los certificados se logró por medio de la Coordinación del Sistema Estatal de Educación para Adultos (Cosea), programa de la Secretaría de Educación de Nuevo León y con apoyo de la Secretaría de Igualdad e Inclusión del Estado.

La meta ahora es que todas estas personas estudien prepa, algo que impactará en una verdadera reinserción social.

De acuerdo con el censo de Faro en el Camino, en el Cereso 2 sólo un 8 por ciento de la población tiene bachillerato y un 2 por ciento, licenciatura.

Mientras que en el Cereso Femenil un 14 por ciento de las mujeres tienen prepa, y un 5 por ciento una licenciatura.

POR UNA REAL REINSERCIÓN

Alejandro vive en el Centro de Acompañamiento y Reinserción Social (Cares), en San Nicolás, fundado por Faro en el Camino y la asociación Promoción de Paz. Si no existiera este lugar, no hubiera tenido a dónde llegar tras salir del reclusorio.

“Me quiero comprometer a hacer la prepa”, expresa y luego recalca que quiere ser una persona de bien.

El joven recibió un apoyo educativo que muchos necesitan al interior del penal y que puede significar la diferencia entre salir o no adelante.

En el proceso les entregaron guías de estudio semanas antes y recibieron asesorías educativas.

Desde antes ya se podía cursar la primaria y secundaria en el Cereso, pero lo diferente que ahora hizo el equipo de Faro en el Camino, y que es un parteaguas, fue haber recorrido celda por celda para buscar a quienes no contaban con educación básica y convencerlos de estudiar.

“Nos tocó también aquel que de entrada decía: ‘no quiero’, entonces yo les decía: ‘no importa que no quieras, pero tienes que venir al salón de clases a decirnos que no quieres”, cuenta De la Garza. “Y en el salón les explicábamos, veían la importancia, intentábamos convencerlos.

“La gran mayoría logró esta acreditación desde el inicio. Hubo un grupito que no quiso, pero estuvimos trabajando mucha labor con ellos, y algunos de éstos que no querían, nos dimos cuenta que era porque no sabían leer ni escribir”.

Detectaron a 20 personas del Cereso 2 con un rezago más fuerte, por lo que entrarán a un programa de alfabetización para poder acreditar primaria.

De la Garza está convencido de que la educación es base para el desarrollo humano: no se puede hablar de una reinserción social, si las personas privadas de la libertad no tienen ni educación básica.

Cada persona que terminó primaria y secundaria, recibió también su acta de nacimiento y CURP. La situación era que muchos por haber nacido en otros estados ni siquiera tenían documentos de identidad.

Ahora ya tienen el expediente listo para inscribirse a prepa. 

El próximo año, Faro en el Camino buscará realizar un censo en el Cereso 1, de Apodaca, para cubrir también primaria y secundaria.

“El Cereso 2 tiene la particularidad de que no tiene ingresos, sólo ingresan cuando vienen de otro centro”, indica De la Garza. 

“Entonces, si ahorita llega a haber un ingreso en el Cereso 2, en su entrevista de llegada se le hace ese análisis de si les falta la primaria y secundaria, y se les aplica. La idea es que no dejemos otra vez que haya un rezago”.

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