Por KUKULKÁN
CANCÚN, la ciudad que nació para ser el Edén turístico de México, también se ha convertido en un escenario de caos urbano, protagonizado por la expansión desmedida de asentamientos irregulares y la construcción de desarrollos inmobiliarios fraudulentos, provocando todo un desorden que ha persistido por décadas y que la actual administración, encabezada por la alcaldesa Ana Paty Peralta, promete finalmente ponerle un freno antes de que sea imposible.
LA HISTORIA de los asentamientos irregulares en Cancún se remonta a sus primeros años de existencia, entre 1970 y 1974. Desde entonces, la ciudad ha vivido la expansión de grandes porciones de terrenos no planificados que fueron brotando como hongos sobre un bosque húmedo. Políticos de antaño, con promesas de regularización y servicios públicos a cambio de votos, fueron los primeros en sembrar la semilla del desorden urbano.
LEJOS de solucionarse, con el paso del tiempo el problema se agudizó en las dos últimas décadas. La incapacidad de las administraciones pasadas para controlar el crecimiento urbano desbordado llevó a un aumento exponencial de la población viviendo sin servicios públicos y en condiciones de hacinamiento. A finales de 2023, se calculaba la existencia de 260 colonias irregulares en Cancún, una cifra que refleja la magnitud del problema.
CADA administración que pasaba parecía más enfocada en mirar hacia otro lado que en enfrentar la realidad. La regularización de colonias, si bien era un discurso común en las campañas políticas, rara vez se traducía en acciones concretas. Los habitantes de estas zonas continuaban viviendo sin los servicios más básicos, como agua potable, drenaje, calles pavimentadas, electricidad y seguridad, mientras los asentamientos seguían creciendo.
A ESTE caos urbano vino a sumarse la construcción de proyectos inmobiliarios fraudulentos, surgidos gracias a las complicidades entre autoridades y desarrolladores voraces dedicados a ofertar viviendas de mala calidad, sin servicios y a costos elevados que terminaban siendo una carga administrativa y legal para el erario municipal. La situación se desbordó al grado que hoy se ha decidido enfrentar con determinación férrea.
CON la llegada de Ana Paty Peralta al frente del ayuntamiento de Benito Juárez, se perciben un rostro fresco y un cambio de actitud. La actual administración ha mostrado una voluntad política clara para combatir tanto los asentamientos irregulares como los desarrollos inmobiliarios fraudulentos. Aunque desde 2018 se inició el proceso de regularización de colonias, hasta la fecha se han logrado municipalizar más de 20, a los que se introdujeron servicios básicos.
EN UN SEGUNDO frente, la administración ha puesto en marcha operativos de clausura de desarrollos habitacionales irregulares, en coordinación con la Procuraduría de Protección Ambiental estatal y la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Tránsito municipal. Con estas acciones se busca frenar su crecimiento de raíz y sancionar a quienes lucran con la venta fraudulenta. No cabe duda de que el gobierno de Ana Paty Peralta está decidido a hacer algo. Algo que, entre operativos y clausuras, entre promesas y escrituras, parezca un verdadero cambio.
A PESAR de estas heroicidades, el Plan Maestro de Desarrollo Integral de Cancún sigue siendo un sueño distante. Concebido como un proyecto brillante que dividiría la ciudad en áreas claramente definidas y organizadas, ha terminado siendo un ejemplo clásico de planificación fallida. La llegada masiva de migrantes laborales y la incapacidad de las autoridades para planificar una urbanización integral han contribuido a un crecimiento desordenado que ni los más audaces políticos pueden controlar.