Regaños y críticas en el Congreso de CDMX

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Regaños y críticas en el Congreso de CDMX
  • Algunos miembros del oficialismo consideraron que aguardar las formalidades legales para la votación de la minuta de la reforma al Poder Judicial fue un error.
EDUARDO CEDILLO / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Algunos miembros del oficialismo consideraron que aguardar las formalidades legales para la votación de la minuta de la reforma al Poder Judicial fue un error; en cambio, opositores, consideraron esto como una buena señal para el trabajo en la Tercera Legislatura.

Ayer, diputados de Morena acudieron a la Sesión del Constituyente Permanente dispuestos a avalar la encomienda obradorista más importante que tendrá este Congreso: la reforma al Poder Judicial.

Una noche antes, todos los diputados de la 4T llegaron para dormir en Donceles, advirtiendo manifestaciones y complicaciones para el ingreso.

 Diputados del oficialismo querían que el de la Ciudad de México fuera el primer Congreso local en aprobar la iniciativa, pero el deseo no alcanzó.

La votación de la capital llegó tarde: el aval de 17 estados ya se había consolidado y ya era una reforma constitucional legal.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador presumió el aval de 18 estados. La Ciudad de México no estaba ahí.

En vez de tener un desayuno como bancada, en conjunto, diputados de la mayoría se reunieron en el Salón Virgilio Caballero. Entraron con sonrisas, pero salieron serios y apresurados, pues, de acuerdo con miembros del grupo oficialista, habían recibido una llamada de atención de la Jefatura de Gobierno.

Algunos no aguantaron el velo y compartieron su decepción abiertamente, como el titular de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, José Luis Rodríguez.

“Qué pena que el Congreso de la Ciudad de México llegue tarde a la definición de la #ReformaJudicial. A esta hora ya sesionaron 19 Congresos Locales. 17 a favor, 2 en contra”, criticó en redes sociales.

Tarde, pero legal, arrancó la sesión en Donceles, con un cerco policial que bloqueó un cuadrante de al menos cuatro cuadras alrededor del recinto.

Contra todo pronóstico, en el cuatroteísmo prevaleció la mesura.

“Pese al fondo, en el que estamos completamente en contra, pese a la forma en la que se ha dado el proceso de la reforma al Poder Judicial, marca un buen precedente para el Congreso donde, en esta Legislatura, se puede abrir el debate de fondo, con apertura y llevarlo a los mejores términos”, consideró Royfid Torres, coordinador de Movimiento Ciudadano.

Los ánimos se encendieron al punto que morenistas y panistas estuvieron a punto de enfrentarse en la Mesa Directiva.

“El Poder Judicial no puede estar supeditado, bajo ninguna circunstancia, a un Poder Ejecutivo, la separación de poderes que se vio desde la Revolución Francesa, hoy, en México, encuentra un ámbito de oscuridad”, reclamó Ricardo Rubio, quien junto a toda la bancada de Acción Nacional, portaba una playera con la frase “Soy Resistencia”.

Las arengas fueron de ida y vuelta, pero en la participación del priista Omar García fue que el estrado central se llenó de manifestaciones.

Las Vicepresidencias pelearon el micrófono por un instante, luego de que Ávila dejó su lugar en la instancia de Gobierno del Congreso.

Se llegó a un acuerdo de paz y todos aguardaron su lugar; el desfile de discursos continuó.

“Se dice que la reforma combatirá al nepotismo, pero fue aprobada gracias a un voto del peor nepotismo que existe en Veracruz: Yunes. Se dice que hará más accesible la justicia, pero los amparos seguirán costando miles de pesos. Se dice que garantizará el acceso a la justicia, pero no toca a las fiscalías ni los ministerios públicos, que son el centro del problema”, reclamó Patricia Urriza, de MC.

La legisladora se confrontó con Víctor Hugo Romo y Frida Guillén, tanto por el contenido de la reforma, como por los senadores chapulines y ausentes durante la sesión en la Cámara Alta.

Al término de la ronda, la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila, equivocó el procedimiento y permitió a oradores razonar su voto, por lo que todos los panistas alzaron la mano.

Se dictó un receso y, al reanudarse, se logró un acuerdo de razonamientos, con 14 participaciones controladas.

La sesión concluyó con el voto digital. Morena y aliados tuvieron 46 votos, destacando el de la perredista Nora Arias, quien negó asociarse con el oficialismo, pero participó en reuniones y votó en el mismo sentido que el oficialismo.

La aplanadora de la mayoría calificada se logró.

Aparecieron las arengas “Mexicanos al grito de Guerra” y “es un honor estar con Obrador”; panistas respondieron con “Resistencia”.

Al final, unos salieron avantes y celebraron su impuntual victoria; la Oposición dejó el pleno con el sinsabor de una batalla que perdieron antes de comenzar.

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