De la crisis Covid a la deuda sin fin

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De la crisis Covid a la deuda sin fin
  • Tras la crisis del Covid-19 el sector restaurantero aún atraviesa por el proceso de recuperación que ocasionó el cierre o endeudamiento de muchos establecimientos.
BERNARDO URIBE / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- A casi tres años de que la pandemia por Covid-19 cesó lo suficiente como para reactivar las actividades económicas en la Ciudad de México, el sector restaurantero aún atraviesa por el proceso de recuperación que ocasionó el cierre o endeudamiento de muchos establecimientos.

Hoy, las medidas de mitigación del Gobierno capitalino resultan insuficientes para atender a un gremio que arrastra las ventas bajas y la desconfianza de los clientes que aún no regresan a los restaurantes como antes de 2019.

Grupo Lunfardo, integrado por los restaurantes Parrilla Paraíso, Abierto y Sonia, arrancó la pandemia en 2020, impulsando el programa Comida para Héroes, dedicado a repartir comidas al personal hospitalario.

La iniciativa no sólo pretendía agradecer a médicos y enfermeras por su trabajo al frente de la crisis sanitaria, sino que también buscaba mantener los restaurantes abiertos y los empleos intactos, sin embargo, los actos de buena voluntad no exentaron los problemas económicos.

LOS PASIVOS

Rodrigo Puchet, director general Lunfardo, aseguró que una de las medidas para evitar el recorte de personal o de salarios, alternativa a la que recurrieron muchos negocios, fue la adquisición de deuda, la cual aún arrastran hasta el momento a pesar de una aparente recuperación de la clientela.

“La recuperación ha sido muy compleja, primero por la resistencia natural de los consumidores a salir a los espacios abiertos para consumir y concentrarse físicamente y porque no hubo una política pública enfocada en las PyMES (pequeñas y medianas empresas), ni a nivel gubernamental ni a nivel de la banca privada. No hubo apoyos en cuestión de tasas ni en consideración para plazos de pagos”, aseguró.

“Nosotros optamos por no reducir sueldos ni hacer ningún despido, que creo era lo que nos corresponde ética y moralmente, pero eso implicó adquirir deuda con condiciones muy agresivas que hoy nos está comiendo el negocio”.

A decir del empresario, aquella mano que se extendió durante la pandemia ahora se ha quedado sola.

El flujo de visitantes que cayó hasta un 50 por ciento después del 2019 sigue igual, mientras que los precios de los insumos y exportaciones no dejan de subir.

“No tenemos de dónde echar mano para ayudarnos y, aunque hay un imaginario público e inclusive gubernamental de que ya todo volvió a la normalidad porque los fines de semana los lugares en la Roma o Condesa se llenan, es solo una fotografía de una realidad que no toma en cuenta los gastos que se han acumulado y que nos tienen sin respirar”, afirmó.

LOS CIERRES

De acuerdo con Puchet, la pandemia fue el inicio de un cierre masivo de negocios pequeños que dejó, tan solo en la zona metropolitana de la Ciudad de México, al menos 13 mil negocios en bancarrota, ya que actualmente los estragos siguen arrasando a los restaurantes familiares cuyo cierre solo ha beneficiado a las grandes cadenas que sí se han podido expandir.

“En la Ciudad de México, la industria está sobrerreglamentada y, aunque se hizo un esfuerzo importante con las autoridades para disminuir esa carga jurídica, no vino acompañado de una política fiscal. No estamos pidiendo que haya una condonación, sino que la ley establezca estrategias que permitan cumplir esos compromisos en plazos mayores y sin sanciones tan exageradas”, dijo.

El restaurantero agregó que, aunque sí hubo mesas de trabajo durante la pandemia, que permitieron la implementación de programas como Ciudad al Aire Libre, condonación del impuesto sobre la nómina y apoyos a los trabajadores, en cuanto pasó la etapa crítica se suspendieron.

“Hoy no existe una mesa de trabajo con el Gobierno a nivel económico, a nivel fiscal o arancelario como para resolver el dónde estamos parados frente a lo que ocurrió, por eso la necesidad de estrategias integrales para que los negocios familiares puedan volver a estar en un estado financiero saludable”, detalló.

Puchet calculó al menos dos años más para estabilizar la crisis, sin embargo, recientes reuniones con el futuro gabinete de la Ciudad de México han planteado una esperanza de poder aterrizar las demandas en políticas públicas y reducir el tiempo a la mitad.

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