- Arranca su administración con un discurso encendido y muy sentido hacia las mujeres.
ZÓSIMO CAMACHO
CIUDAD DE MÉXICO.- “Soy madre, abuela, científica y mujer de fe; y a partir de hoy, presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, cerró Claudia Sheinbaum Pardo, en su primer mensaje al Congreso de la Unión y al pueblo de México como titular del Poder Ejecutivo Federal. La frase, corolario de una intensa y amplia reivindicación de las mujeres de México.
Se refirió no sólo a las heroínas históricas, sino a las mujeres de hoy y de a pie: abuelas, “las que casi siempre tuvieron que callar”, invariablemente menospreciadas y excluidas; indígenas y madres trabajadoras, que sostienen la sociedad en su conjunto, y niñas, que crecen con grandes retos, pero con una nueva realidad. A la Presidencia de la República, “llegamos todas” advirtió.
El discurso se hilvanó con apelo a la historia y a las emociones. De golpe se vertieron siglos de derechos postergados. “Hoy, por primera vez, llegamos las mujeres de dirigir los destinos de nuestra hermosa nación. No llego sola, llegamos todas”.
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Diputadas, senadoras y gobernadoras presentes, algunas con los ojos humedecidos, se levantaron para, puño izquierdo en alto, devolver: “¡Presidenta, presidenta, presidenta…!
A los aplausos se sumaron legisladores, incluidos de oposición; invitados especiales, y los jefes de Estado, de Gobierno y representantes de 105 naciones que atestiguaron la protesta de Claudia Sheinbaum Pardo como articuladora del destino del país. “Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”, remató.
A sus espaldas, como dicta el estricto protocolo militar, jóvenes mujeres cadetes del Heroico Colegio Militar, la Heroica Escuela Naval Militar y la Escuela Militar de Aviación atestiguaban con seriedad, conteniendo cualquier expresión.
Las mujeres controlaron la sesión y fueron protagonistas de principio a fin. La diputada Ifigenia Martínez, luchadora social de 94 años de edad y destacada académica de la Facultad de Economía de la UNAM, fue la encargada de colocar la banda presidencial a la nueva presidenta. Tuvo que ser auxiliada por la propia jefa de Ejecutivo.
En su mensaje, Sheinbaum Pardo, señaló que tal reivindicación se verá reflejada en sus acciones de gobierno, con más apoyos sociales y nuevos programas de gobierno. A su lado izquierdo, el expresidente Andrés Manuel López Obrador aplaudía con estruendo, incluso cuando ya casi todas las ovaciones habían cesado.
Quiso el exmandatario dejar en su despedida, sin palabras, pero con claridad, una última consigna de apoyo a la nueva presidenta, su compañera de lucha y de partido. De su lado, la mandataria constitucional derrochó palabras de agradecimiento a la obra del dirigente que hoy pasa al retiro.
Aseguró que López Obrador es el dirigente político y luchador social “más importante de la historia moderna de México”. Agregó que es el más querido, “sólo comparable con Lázaro Cárdenas”.
Sheinbaum le reconoció al expresidente haber construido una “revolución pacífica”, la cuarta transformación de la vida pública de México, a la par de la Independencia (1810), la Reforma (1857) y la Revolución (1910). López Obrador se revolvía en su asiento, conmovido también por las arengas desde el quórum: “¡Es un honor estar con Obrador!”
Y, como un agradecimiento de que el expresidente no se entrometerá en las decisiones del nuevo gobierno, le reconoció: “Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista”.
Además, como advertencia a la oposición, Sheinbaum machacó que el 2 de junio pasado, en la jornada electoral, “el pueblo dijo fuerte y claro que era tiempo de transformación”. Por ello, se profundizará el humanismo mexicano y no se regresará al neoliberalismo.
Se comprobó, dijo, que la sociedad mexicana puede salir de la pobreza sin que se aumenten impuestos, pero con combate a la corrupción; que es factible incrementar los salarios sin que aumente la inflación.
Además, reiteró que gobernará bajo cuatro principios: prosperidad compartida; austeridad republicana y combate a la corrupción; gobierno del pueblo y para el pueblo y desarrollo con sustentabilidad.
Además, reiteró que, en materia económica, se mantendrá la autonomía del Banco de México, el respeto y seguridad para las inversiones extranjeras y se promoverá la relocalización de empresas bajo las posibilidades que brinda el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (Tmec).
También reiteró el impulso la consolidación y ampliación de los nuevos trenes, Maya y del Istmo, y la construcción de nuevas rutas ferroviarias como la que correrá de la Ciudad de México al Puerto de Veracruz. Mencionó, de nueva cuenta su apuesta a la construcción de un millón de viviendas, en las que se privilegiará a las trabajadoras jóvenes.
En materia social, también señaló que seguirá impulsando las pensiones universales dejadas por el gobierno saliente, pero habrá nuevos apoyos, sobre todo, para mujeres y niñas.
Con respecto de la educación, anunció la apertura de 300 mil espacios más en las universidades públicas.
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