- Claudia Sheinbaum es oficialmente ya la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
ZÓSIMO CAMACHO
CIUDAD DE MÉXICO.- Enfundada en la Banda Presidencial, con un bello vestido color marfil de manga larga y con la falda amplia hasta abajo de las pantorrillas —y adornado con bordados mexicanos en alegres colores—, desde la más alta Tribuna del país, Claudia Sheinbaum asumió la titularidad del Poder Ejecutivo convirtiéndose en la primera presidenta en la historia de México.
Un día histórico, sin duda, como histórico su poderoso discurso tras haber rendido protesta en el Congreso de la Unión, conmoviendo a millones de mexicanas que la tienen como ejemplo de cuán alto pueden llegar si se lo proponen.
Porque Claudia Sheinbaum encarna el poder femenino en México. Niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres maduras y mujeres de la tercera edad se sienten bien representadas en la figura de la ahora presidenta.
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Claudia Sheinbaum pidió nombrar a las mujeres en todos los ámbitos de la vida nacional y, en su caso, reiteró su petición de que la llamen presidenta con “a”.
Explicó que durante mucho tiempo las mujeres fueron anuladas, porque les contaron la versión de que la historia de la humanidad había sido protagonizada únicamente por hombres.
No obstante, afirmó que poco a poco esa versión se ha ido revirtiendo y hoy se sabe que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia del país desde diferentes trincheras.
“Las mujeres podemos ser presidentas y con ello hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con ‘a’ al final, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera, con ‘a’, porque como nos han enseñado, sólo lo que se nombra, existe”, sostuvo.
Sheinbaum se comprometió a seguir exaltando a las heroínas de la patria, pero también a las heroínas anónimas e “invisibles”.
Reiteró que, con ella, llegan las mujeres que pudieron, pero también las que no pudieron levantar la voz.
“Llegan las que pudieron alzar la voz y las que no lo hicieron, llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas, las indígenas, las trabajadoras del hogar que salen de sus pueblos para apoyar a las demás, las bisabuelas que no aprendieron a leer y escribir porque la escuela no era para niñas, llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes, las mujeres anónimas, las heroínas anónimas, que desde su hogar, las calles, o sus lugares de trabajo lucharon por ver este momento”, indicó.
El discurso se hilvanó con apelo a la historia y a las emociones. De golpe se vertieron siglos de derechos postergados. “Hoy, por primera vez, llegamos las mujeres a dirigir los destinos de nuestra hermosa nación. No llego sola, llegamos todas”, recalcó.
Agregó que llegan también las mujeres que soñaron con la posibilidad de que el sexo no determine el destino de las personas.
Diputadas, senadoras y gobernadoras presentes, algunas con los ojos llorosos, se levantaron para, puño izquierdo en alto, devolver: “¡Presidenta, presidenta, presidenta!”.
A los aplausos se sumaron legisladores, incluidos de oposición; invitados especiales, y los jefes de Estado, de gobierno y representantes de 105 naciones que atestiguaron la protesta de Claudia Sheinbaum Pardo como articuladora del destino del país. “Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”, remató.
A su espalda, como dicta el estricto protocolo militar, jóvenes mujeres cadetes del Heroico Colegio Militar, la Heroica Escuela Naval Militar y la Escuela Militar de Aviación atestiguaban con seriedad, conteniendo cualquier expresión.
Las mujeres controlaron la sesión y fueron protagonistas de principio a fin. La diputada Ifigenia Martínez, luchadora social de 94 años de edad y destacada académica de la Facultad de Economía de la UNAM, fue la encargada de colocar la Banda Presidencial a la nueva presidenta. Tuvo que ser auxiliada por la propia jefa de Ejecutivo.
En su mensaje, Sheinbaum Pardo señaló que tal reivindicación se verá reflejada en sus acciones de gobierno, con más apoyos sociales y nuevos programas de gobierno.
A su lado izquierdo, el expresidente Andrés Manuel López Obrador aplaudía con estruendo, incluso cuando ya casi todas las ovaciones habían cesado.
Quiso el exmandatario dejar en su despedida, sin palabras, pero con claridad, una última consigna de apoyo a la nueva presidenta, su compañera de lucha y de partido.
De su lado, la mandataria constitucional derrochó palabras de agradecimiento a la obra del dirigente que hoy pasa al retiro.
Aseguró que López Obrador es el dirigente político y luchador social “más importante de la historia moderna de México”. Agregó que es el más querido, “sólo comparable con Lázaro Cárdenas”.
La presidenta se comprometió a gobernar para todas y para todos.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe; y a partir de hoy, presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, cerró Claudia Sheinbaum Pardo su primer mensaje.