- Las altas tasas de interés, inflación y la tardanza en obtener permisos para edificar, son algunos de los aspectos que aprietan el negocio de inmuebles residenciales.
SARAÍ CERVANTES / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Las altas tasas de interés, inflación y la tardanza en obtener permisos para edificar, son algunos de los aspectos que aprietan el negocio de inmuebles residenciales, lo que a su vez genera que los desarrolladores tengan una menor rentabilidad, consideraron especialistas.
Benjamín Labra, cofundador y CEO de la compañía Houm, indicó que dichos factores ocasionaron que la rentabilidad de los proyectos residenciales para edificar y comprar vivienda nueva se haya disminuido de manera importante.
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“Por ejemplo, los márgenes de ganancia han disminuido más de 60 por ciento de 2019 a 2024, por la inflación. Además, el precio de los materiales de la construcción, mano de obra y alquiler de maquinaria registraron alzas importantes y no siempre es fácil traspasar para incrementar el precio (de las casas)”, consideró.
Asimismo, indicó que el cambio en las regulaciones y los tiempos de aprobación de los permisos para construir generan costos adicionales a los proyectos residenciales.
Recordó que en la Ciudad de México las aprobaciones de construcción para un proyecto residencial pueden demorar hasta tres años.
Al cuestionarlo si ha dejado de ser negocio hacer vivienda, indicó que no, pero consideró que el negocio se “apretó” y se ha vuelto más complejo.
“La baja de rentabilidad también provocó una escasez de vivienda, por eso es importante que el Gobierno junto con la iniciativa privada trabaje para que no crezca más el déficit habitacional. Es un desafío importante y hay que ser ágil”, apuntó.
Jorge Combe, cofundador y director general de la plataforma DD360, coincidió en señalar que ya son varios años que los desarrolladores vienen enfrentando un panorama complicado.
“Esto ha provocado que algunos desarrolladores hayan tenido que salir del negocio y algunos quebraran. Han sido años adversos para el sector”, destacó.
Estimó que al menos entre el 30 y el 40 por ciento de los desarrolladores salieron del mercado entre 2019 y 2024, en donde la Ciudad de México fue una de las entidades en donde se vieron más afectados.
“Se salieron muchos desarrolladores, y es difícil que regresen. Los que desaparecieron fueron en segmento residencial y residencial plus que hacían vivienda de 7 a 10 millones de pesos y desarrolladores medianos que edificaban de 40 a 50 viviendas en este segmento”, explicó.
Y los que sobrevivieron atienden segmentos de vivienda que no atendían antes, es decir, los de residencial ahora se enfocan a vivienda media.
Comentó que el margen de ganancia se comprimió en 2022 a un 10 por ciento y otros a un solo dígito para ubicarse de 8 a 9 por ciento.
“En 2025 y 2026 veremos un nuevo ciclo en la industria, es decir comenzaremos a ver como desarrolladores compran terrenos para comenzar a crecer, para que en 2029 y 2030 comiencen a tener ventas. A finales de este sexenio deberíamos de ver que los desarrolladores vuelvan a tener buenos periodos”, puntualizó.
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