- Tanta es la dedicación y empeño que Shakira le ha puesto a su carrera que personalmente supervisa cada movimiento.
JACQUELINE PONCE LEÓN / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Tanta es la dedicación y empeño que Shakira le ha puesto a su carrera que personalmente supervisa cada movimiento, con el fin de cuidar hasta el más mínimo detalle en los conciertos de su ambiciosa gira Las Mujeres ya No Lloran World Tour.
La colombiana de 48 años cuenta con un amplio abanico de canciones que abarcan varios estilos que van desde los ritmos latinos como el vallenato, reguetón, bachata y salsa; danzas urbanas como afro y hip hop; hasta bailes orientales como bellydance o danza del vientre en “Ojos Así” y “Whenever, Wherever”.
Con la intención de que sus bailes tengan congruencia, la cantante se rodeó de un equipo de coreógrafos expertos, como Sadie Marquardt, bailarina profesional de bellydance, con quien trabajó en Miami, Florida.

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“Ver lo duro que Shakira trabaja con su equipo y lo conectada que está con ellos fue una experiencia increíble. Toda la retroalimentación y la dirección creativa general es de ella, está involucrada en todo porque es importante representar su esencia. Eso fue inspirador.
“Uno como coreógrafa puede llegar con una idea increíble, pero ella no es alguien que dice: ‘Sí, está bien, lo haremos’, antes tiene que hacerlo suyo. Ella adapta los movimientos'”, recordó Marquardt, en entrevista.
La intérprete de “Las de la Intuición” es perfeccionista y exigente consigo misma, ya que puede repetir una misma secuencia de movimientos hasta 300 veces para lograr una ejecución limpia.
Desde pequeña, Shakira bailaba bellydance gracias a la influencia de sus abuelos paternos, quienes emigraron de Líbano a Nueva York. Cuando tenía cuatro años se mudó con su papá a Colombia; él la llevó a un restaurante en el que escuchó el derbake (tambor usado en la música árabe) y empezó a bailar.
“Trabajar con Shakira fue más una colaboración. Al inicio no sabía qué esperar, si realmente le daría clases o le enseñaría movimientos, pero cuando llegó el momento me di cuenta que Shakira es muy juguetona. Es muy joven de corazón.
“Al trabajar con ella me recordó cómo es estar con mi hijo de 13 años, porque ella sólo quería jugar. Poníamos la música y bailábamos juntas. Ella me veía hacer algo y decía: ‘Eso es genial’, lo repetía y me decía: ‘¿Lo estoy haciendo?’ para que revisar su técnica”, aseguró la coreógrafa.
Shakira quiso tener un mayor número de bailarines, seis mujeres y cuatro hombres elegidos rigurosamente por su técnica, versatilidad y personalidad, y el 50 por ciento de ellos con raíces latinas para exaltar su identidad cultural.
Parte de la disciplina de Shakira incluye una rutina de yoga, estiramientos y ejercicios de fuerza enfocados en garantizar la flexibilidad y resistencia.
“Tenemos la misma edad y a veces tengo dudas al cuestionarme si ya soy mayor para esto, pero después de pasar tiempo con Shakira fue una fuente de energía”, puntualizó Marquardt, quien participó en el festival intercultural Un Pedacito del Mundo, este fin de semana, en la Casa de la Cultura Alicia Santillana, en la Ciudad de México.
Durante su gira, Shakira ha pospuesto cuatro conciertos. Uno en Lima, Perú, tras presentar un “cuadro abdominal”; y el resto en Medellín, Colombia y Chile por fallas ajenas a su equipo de producción en el montaje de su escenario.
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