- Chetumal es de las zonas menos beneficiadas en el sector turístico y de las que más expectativas se generaron con la declaratoria de zona libre y estímulos fiscales.
DALILA ESCOBAR
CHETUMAL, Q. ROO.- Del sureste mexicano, la ciudad de Chetumal es de las zonas menos beneficiadas en el sector turístico y de las que más expectativas se generaron con la declaratoria de zona libre y estímulos fiscales para la frontera sur anunciada en octubre pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A seis meses de ese acontecimiento, los chetumaleños pasaron de la celebración al desánimo porque no han sentido reflejado en sus bolsillos los supuestos beneficios que traería la reducción del IVA del 16 al ocho por ciento, del Impuesto Sobre la Renta y la disminución en el precio de la gasolina.
El 26 de octubre de 2020, el presidente dijo que analizaba que el programa de Zona Libre y estímulos fiscales aplicados en la frontera norte, tenía una alta probabilidad de aplicarse en Chiapas y Chetumal, Quintana Roo.
Un mes después, el 27 de noviembre, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, expuso que consumaron el análisis y habría cuatro instrumentos jurídicos en decretos publicado el 28 y 31 de diciembre, para que entren en vigor el 1 de enero de 2021: 1 Ampliación de la vigencia del decreto de estímulos en la frontera norte; 2 Decreto de estímulos fiscales en la frontera sur; 3 Decreto de estímulos del IEPS de la gasolina en la frontera sur; y 4 Decreto que establece los beneficios arancelarios en la zona libre de Chetumal.
El tercer decreto generó confusiones y altas expectativas para los habitantes de Chetumal, porque aplaudieron que bajaría el precio de la gasolina; sin embargo el Gobierno Federal los dejó fuera de esta medida.
El decreto de estímulos del IEPS de la gasolina en la frontera sur, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de diciembre, establece que se incluirían a la franja fronteriza sur del país colindante con Guatemala, pero no incluye a la capital de Quintana Roo.
Herrera expuso que para el caso de Chetumal, decreto aparte, aplicaría la exención del impuesto general de las importaciones y la exención del derecho del trámite aduanero.
Así como las otras dos reducciones: la del IVA del 16 al ocho por ciento, “que lo pone en línea con lo que había sido no solamente con el estímulo que estamos dando en la frontera norte, sino con el tratamiento diferenciado que históricamente había tenido Chetumal, y lo que sí es novedoso es la reducción del Impuesto Sobre la Renta del 30 al 20 por ciento”, afirmó.
Con vigencia al 31 de diciembre de 2024, el decreto indica “que para impulsar la Región Fronteriza de Chetumal se considera pertinente desgravar arancelariamente las mercancías extranjeras de alimentos y abarrotes; tiendas de autoservicio; comercialización de ropa, bisutería y accesorios de vestir; comercialización de productos farmacéuticos, lentes y artículos ortopédicos.
También las de comercialización de maquinaria y equipo; comercialización de materiales para la construcción; restaurantes y otros establecimientos de preparación de alimentos y bebidas; hotelería, moteles y otros servicios de alojamiento temporal.
Incluyen los servicios educativos; médicos y hospitalarios; de esparcimiento culturales y deportivos, así como recreativos; de reparación y mantenimiento de automóviles; alquiler de bienes inmuebles, maquinaria y equipo, pero no de venta de gasolina.
Pero más allá de los decretos, los chetumaleños llevan cuatro meses a la espera de que su situación económica mejore, aunque cada vez es menos la esperanza de que su comunidad vuelva a ser lo vigorosamente económica que lo fue hace 30 años cuando Chetumal fue zona libre.
Del aeropuerto al bulevar de la bahía de Chetumal, los taxistas son el termómetro de la desazón social que existe: “de zona libre no hemos notado nada, todo sigue subiendo, muchos comercios siguen cerrando y no vemos claro”, afirma Saúl, taxista de 39 años, recordando con nostalgia la diferencia que había entre vivir en esta localidad y el resto de las regiones del sureste.
“Hace más de 25 años íbamos y me compraba unos tenis que acá me costaban 1,200 pesos y allá en 400 y eran de buena calidad, ahora ya no están baratos y tampoco son tan buenos. Todo estaba baratísimo, las filas para entrar eran larguísimas, pero vino el cambio de la moneda, cuando les quitaron los ceros, todo cambió ya, todo se fue para arriba”, explica.
También recuerda que en la franja la gasolina era más barata y en Chetumal aprovechaban para ir a comprarla y venderla al doble en la zona más alejada de la frontera.
“Aquí el litro estaba en 5 pesos y allá en 1.50 y entonces allá comprabas y acá hasta en 3 pesos que la vendieras le ganabas el doble, con el riesgo que ello implica porque las garrafas muchos las mantenían en sus casas; afortunadamente nunca hubo un accidente y mucha gente se hizo de dinero. La diferencia a más del triple en los precios de la gasolina estaba a sólo 5 kilómetros”, comenta.
Actualmente, añade, “todos pensamos que nos iban a bajar la gasolina y en el ticket dice que cuesta 14 pesos, pero con todos los impuestos que le agregan, nos termina costando más de 21 pesos; y la verdad eso de los impuestos, tal vez se lo quedan las grandes empresas que sí sacan provecho, pero uno no ve eso, ni nos alcanza la gloria de ese anuncio del presidente”.
Los candados, como algunos pobladores llaman a las limitaciones del decreto, son las que reducen posibilidades de un mayor desarrollo en Chetumal.
Manuel, de 64 años quien durante el día maneja un taxi y en las tardes podía ayudar a su esposa en un local de comida, fue de los que albergó esta idea: “Pensamos que la gasolina estaría al mismo precio que en el norte y los productos siguen igual, tampoco han abierto otras empresas. La gente está inconforme, están esperando que llegue el presidente de la República para que hagan su manifestación”.
La incidencia delictiva en Chetumal es baja, pero también lo son los ingresos, concluye Manuel.
“Teníamos las esperanzas en enero de que íbamos a ser zona libre, y como ya fuimos zona franca, ya sabemos todo lo que conlleva. Sabemos que se va a beneficiar desde el paletero hasta el empresario que es importador. Entonces se revive la economía en Chetumal como usted no tiene idea. Todo se mueve”.
Es de los taxistas que llevan más de tres décadas dando servicio y recuerda que antes “los fines de semana ni me daba abasto, la gente que venía (en su mayoría beliceños) tenían que hacer sus reservaciones con mucha anticipación, llegaban hasta en camiones y trabajamos la mitad del tiempo que ahora lo hacemos y ganábamos el doble que hoy”.
Por esas diferencias es que pensó que pagar menos por combustible estaría entre los beneficios que recibirían desde el primer día de enero pasado.
“Ya hasta había hecho mis cuentas, por ejemplo me cuesta el litro de gasolina premium 21.60 pesos, si hubiésemos sido zona libre, pensé que me costaría 15 pesos. Si trabajo todo el día le echo 30 litros y en vez que yo ponga la gasolina, esos 150 hubieran sido mi ganancia. Pero esa es una parte de la cadenita, porque con la cantidad de gente que llega, si yo ganaba al día 400 pesos, ya con la ganancia de la gasolina serían 550 y como voy a llevar más gente podría llevarme 200 pesos más, o sea me llevaría mis 800 pesos diarios, el doble de lo que gano, sin pandemia”, detalló.
Ixchel, otra chetumaleña de 32 años, tiene más claro el panorama de las nuevas disposiciones.
“Si lo del IVA bajó, fue sólo para empresas grandes, pero no ayudó a la población. Nos dicen que supuestamente lo de la gasolina no bajó, porque no tenemos competencia con Belice, de hecho allá está más cara que aquí y no nos afecta, que todo ayudaría a empresas nuevas con los países con los que no haya convenio pero sí hubiera quedado bien la medida si no hubieran puesto tantas ataduras”.
De notarse la diferencia, dice, la gente de Belice tendría que venir a comprar a México, porque allá aún encuentran todo a mitad de precio, aunque reconocen que “sí hay marcas originales y semi originales”.
Rolando, un comprador estima que “un proveedor puede dejarte un calzado en 100 pesos, pero por impuestos de importación, de entrada son 50 pesos, más 25, más 35 más otras cosas y al final te sale como en 250 y para que le ganes un 25% a lo que le invertiste, tendrías que venderlo a mucho más del doble y todo se queda en impuestos”.
El hombre de 42 años consideró que “con zona libre, lo que se espera es que los empresarios que están allá, puedan venir acá porque tendrán más ganancias”; también explicó que en Belice los taxis de Chetumal cobran a los compradores 280 pesos por hora, más los 150 pesos para llegar a las calles céntricas de la comunidad de Othón P. Blanco “y sí es una lana” invertida.
En el decreto el Gobierno Federal indica que el listado de artículos será revisado cada año a fin de ajustarlo a las necesidades de la Región Fronteriza de Chetumal.
Todavía este domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador, desde Xpujil, Campeche, recordó que a Cancún, Quintan Roo llegan “como 15, 17 millones de turistas extranjeros y se quedan solo en el norte de Quintana Roo disfrutando del mar y del sol, que puedan conocer internándose en el sureste, toda esta gran riqueza cultural, artística, arqueológica, única en el mundo”.
La población de Chetumal, capital de Quintana Roo, uno de los estados que más aporta a la derrama económica por turismo, sigue esperando que en su zona, ya declarada libre, se observen los beneficios económicos anunciados.
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